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Ser Católico y de New Age.
Para comenzar, mi agradecimiento al
doctor Roberto Bosca, autor del libro: “New Age, la utopía religiosa de fin de
siglo” por explicar, en entrevista, al periodista Claudia Peiró, el por qué esa
corriente es contraria a la doctrina cristiana. Esa entrevista es la “columna” de
este mi artículo.
Desde los primeros meses de su
pontificado, el papa Francisco se ha referido varias veces a la New Age, “Nueva
Era”, esa corriente que él llama "panteísta" y que condena
explícitamente.
El Papa en una homilía en 2013 hablo del
"dios cósmico" de la "moda politeísta", que llega con
"la cultura light" y dijo:
·
"Ni Jesús
hubiera creído en el dios New Age de hoy".
"La
oración no es magia".
No es la primera vez que Francisco se refirió
al tema. Es evidente además que busca retomar la iniciativa para frenar el
avance de estas corrientes.
En mayo de 2013, tuvo lugar en la Casa
Santa Marta, un encuentro de expertos sobre los Nuevos Movimientos Religiosos,
convocado por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. En el centro
de las preocupaciones estuvo la New Age, entre otros.
Todo esto hace evidente la preocupación
del pontífice por afirmar las verdades del Evangelio y de la doctrina católica
de modo claro; y para poner límite a lo que considera más peligroso que una
secta de contornos definidos.
En referencia a la infiltración de esta
corriente en la propia Iglesia Católica, el Papa comentó:
·
“He sabido de una
superiora que alentaba a las hermanas de su congregación a no rezar en la
mañana, sino a darse un baño espiritual en el cosmos…”.
El Papa también comentó:
·
“En una librería
católica yo podría señalar los libros New Age que están allí expuestos, y que
algunos curas y monjas y catequistas usan encantados”.
Ciertamente en algunos casos hasta hay
retiros espirituales imbuidos de esos elementos.
Hoy sucede que hay personas que van a la
iglesia católica pero también participan de ritos umbanda o creen en la
reencarnación.
Massimo Introvigne, un experto en estos
temas, habla de una doble pertenencia: uno no tiene que dejar de ser católico
para ser budista, por ejemplo.
Y le preguntan a Roberto Bosca, que es
profesor de la Universidad Austral: ¿Pero la Iglesia lo permite…?
·
“No, claro que
no, pero actualmente estamos viviendo una cultura que es la de la
posmodernidad, y eso que hace unos años era impensable, hoy es bastante
frecuente. Se da el caso de que personas que se enamoran de la doctrina budista
no sienten que deban dejar de ser católicos por eso”.
La Iglesia no acepta eso, no se puede
ser panteísta y católico al mismo tiempo, pero en la cultura posmoderna caben
los círculos cuadrados o sea que la mentalidad actual no tiene ese principio de
no contradicción, vuelve conciliable lo contradictorio.
Roberto nos dice de nuevo:
·
"No se puede
definir a la New Age como una religión, sino como una corriente de
espiritualidad, difusa y bastante inaprehensible porque toma elementos
heterogéneos de diferentes lugares; es como una constelación, y de ahí la
dificultad de identificarla".
¿Cómo se explica la expansión y
persistencia de este fenómeno? Se explica por qué La New Age es una moda
cultural y las modas culturales no son de una temporada para la otra como las
de la ropa. Sino que pueden durar años y hasta décadas. Son procesos muy
largos. Hemos visto cómo un fenómeno, que fue creciendo desde los años 60,
sobre todo en círculos intelectuales y expandiéndose en los 80 en los Estados
Unidos, hacia fines de los 90 ya se había difundido a toda la sociedad y lo que
vemos en los últimos años es que dejó de ser un asunto de pequeños núcleos para
ser ahora un patrimonio, por llamarlo de algún modo, de toda la sociedad.
Roberto Bosca, nos dice:
·
Una vez, dando
una charla, cuando terminé de explicar qué era la New Age, unas chicas me
dijeron: "yo soy así", "lo que usted está explicando es cómo soy
yo".
Y
no tenían la menor idea de lo que era la New Age.
Pero la
respiraban porque es algo vaporoso, que uno no percibe pero que se respira en
la cultura, porque la New Age recoge elementos de culturas ajenas a ella y los
integra.
En la New Age se encuentra: “El
supermercado de la fe”:
·
Espiritismo,
reencarnación, astrología, eros tántrico, medicina alternativa, macrobiótica,
yoga, umbanda, Tarot, budismo Zen, ovnis, karma, cábala, etc.
Su difusión es facilitada por la
expansión de las redes globales, que permiten un vínculo virtual entre grupos
con preocupaciones y temas comunes.
Es evidente que existe una búsqueda de
respuestas a inquietudes trascendentales que, en algún momento, las iglesias
tradicionales dejaron de dar.
En palabras de Roberto Bosca:
·
"Los
conversos de la New Age parecen preocupados por la búsqueda de lo sagrado, una
búsqueda que fue abandonada por una teología primariamente preocupada por los
problemas seculares, descuidando con ello la vida litúrgica y la oración, lo
que ha dado lugar a una búsqueda de esto en otras fuentes".
En cierto modo, lo que el papa Francisco
dice es que las respuestas a esa búsqueda están en la doctrina católica.
Las declaraciones del músico Bono sobre
su fe y su convencimiento de que la llegada de Jesús pone fin a un mundo regido
por el karma están en la línea exacta de lo que el papa Francisco quiere
afirmar.
El documento vaticano contra el nuevo
gnosticismo, es un texto que busca alertarnos mediante una presentación
profunda del mensaje cristiano.
El objetivo es destacar los puntos en
los cuales esta “espiritualidad” contrasta con la fe católica:
·
“Estas corrientes
surgen en un mundo en el cual muchas personas se vuelven incluso hacia
instituciones alternativas, en la esperanza de que puedan satisfacer sus
necesidades más profundas".
Y admite el documento:
·
“La New Age
resulta atrayente sobre todo porque mucho de lo que ofrece satisface
aspiraciones, frecuentemente no satisfechas por las instituciones
oficiales".
Los elementos de este movimiento están
perfectamente en sintonía con los modelos de consumo de sociedades en las
cuales la diversión y el ocio tienen tanta importancia.
El documento considera a esta corriente
más engañosa y preocupante que todas las demás sectas, porque permite a muchos
creer que es posible mezclarlo con el cristianismo.
Al presentar el documento, en enero de
2003, el cardenal Paul Poupard daba un ejemplo:
·
"La fe en la
resurrección de los muertos es sustituida por la "fantaciencia", con
el contacto con los seres queridos desaparecidos y la existencia de una vida
suspendida entre cielo y tierra".
El Vaticano subrayaba en aquel entonces
la dificultad para combatir la New Age, por no ser ésta: ni una religión, ni
una verdadera filosofía, sino más bien un conjunto de creencias y prácticas
místico-esotéricas que se presentan como un ancla de salvación para todos los
insatisfechos y desilusionados que denuncian la crisis ecológica, la crisis de
la ciencia y la crisis del racionalismo deshumanizante del mundo occidental.
Y para terminar indicar que hay un documento
vaticano sobre este tema:
·
“Jesucristo,
portador de agua viva”.
Es una reflexión cristiana sobre la New
Age, en cuya redacción participó Benedicto incluso antes de ser Papa, en 2003.
Publicado en La Nueva España. Prensa
Asturiana. Digital.
22 de diciembre de 2017