Pienso que hoy, quizás, no se pueda decir lo mismo que en esta carta de 1998

 

78    CARTA A LA FAMILIA REAL


En estos días en que todos festejamos, de alguna manera, el nacimiento de un nuevo miembro de la familia Real, he escrito a sus Majestades, no tanto por ese hecho, como por el de agradecer el servicio que hacen a España con el ejemplo de su familia, muestra evidente de: unidad, indisolubilidad y estabilidad.
En la carta hago un elogio lleno de cariño a esta familia entrañablemente querida. Y en forma resumida, de la misma,  destaco lo siguiente:

ü   La Monarquía en España está dando muestras evidentes de su amor a la familia.
ü   Su estabilidad familiar es un tesoro para todos los españoles, que podemos ver en nuestros monarcas un camino a seguir.
ü   Los españoles podemos estar gratamente orgullosos de sus Altezas  las Infantas,  que han elegido a sus parejas, para poderse convertir -junto a ellos- en Aristócratas del amor, en baluartes de una España que fundamenta su esperanza en los valores auténticos, y no en la fugaz felicidad de lo pasajero.
ü   La personalidad de su Alteza D. Felipe, su vida ejemplar y el oportuno consejo de unos padres, amantes de los valores familiares, serán fundamentos suficientes para una elección acertada. Y, en su momento, le regalarán a España y al mundo una Reina: tan querida, tan amada, tan sencilla y tan familiar, como la que ahora tenemos.
ü   Desde la familia --y solo desde la familia-- la Familia Real  trabajará eficazmente por España.  Porque "La familia" es foco indiscutible de donde emana: la paz, la concordia y la estabilidad de un país.
ü   Majestades, sigan trabajando para construir el  "monumento" de la familia en el corazón de la mujer y del hombre, en esta nuestra querida, entrañable y amada España.

                                         

  Publicado en Diario JAÉN    2 -  8 - 1998