601. El Papa y la hipocresía.
El Papa en la homilía
del día 6 de junio, en Santa Marta, ajustándose a las lecturas sagradas, habló
claramente y con contundencia de los males que origina la hipocresía y del daño
que hace en la sociedad actual. Una sociedad, por otro lado, demasiado proclive,
por desgracia, a este vicio y en general a todos los vicios que acaban
rompiendo la convivencia y la relación sincera y transparente con los demás.
Y señaló que Jesús llama hipócritas a los Doctores de
la Ley porque:
·
“Enseñaban una cosa, pero luego pensaban otra”.
Por el contrario, sigue indicando el Santo Padre con
serena pero clara severidad, que la hipocresía
no es el lenguaje de Jesús y que la hipocresía tampoco es el lenguaje de los
cristianos.
Advierte:
·
“Un cristiano no puede ser hipócrita. Y un hipócrita
no puede ser cristiano. Esto es así de claro”.
Este es el adjetivo que Jesús usa con esa gente:
·
Hipócritas. Aduladores.
Yo diría más, usando el lenguaje actual,
sinvergüenzas, gentuza, indeseables.
Así, el Papa, puso el ejemplo de los Doctores de la
Ley cuando quieren poner a prueba a Jesús y comienzan haciéndole una pregunta, no
para saber, sino para que caiga en una trampa:
·
“¿Es justo pagar el tributo al César?”.
Y señaló que el hipócrita tiene esa doble cara. Pero
Jesús, conociendo su hipocresía, dice claramente:
·
¿Por qué me queréis poner a prueba?
El Pontífice continuó explicando:
·
“El lenguaje de la hipocresía es el lenguaje del
engaño, es el mismo lenguaje de la serpiente que engañó a Eva”.
Ese lenguaje desgarra la personalidad y el alma de una
persona. Ese lenguaje mata la comunidad, la destruye. Cuando hay un hipócrita en la comunidad, hay
un peligro muy grande.
Y como resumen nos animó a que en nuestra vida no haya
dobles, ni engaño, ni falta de veracidad. Y que “nuestro lenguaje sea ‘sí, sí’,
o ‘no, no’, pues lo superfluo procede del maligno”.
Francisco lamentó, con voz severa, el mal que hace la
hipocresía a la Iglesia y pidió a los cristianos que estuvieran
siempre alerta ante aquellos que caen en esa actitud pecaminosa que mata.
El hipócrita, insiste el Santo Padre, es capaz de
destruir una comunidad.
El hipócrita está hablando dulcemente, y al mismo
tiempo está juzgando feamente a una persona.
El hipócrita es un asesino. Su lenguaje es el mismo
lenguaje del diablo que propaga esa lengua bífida en la comunidad para destruirla.
El Santo Padre finalizó la homilía aconsejando, y
animando, a responder siempre a la hipocresía con la realidad, con la virtud,
con la verdad.
Publicada en DIARIO DE ÁVILA
Digital 8 de junio de 2017
Publicado en La Nueva España. Prensa Asturiana.
Digital. 9 de junio de 2017