602. Historia
de María Auxiliadora.
En la Basílica de María Auxiliadora en Turín se
encuentra una de las imágenes más representativas de la Virgen en su advocación
de "Auxiliadora de los Cristianos".
El precioso cuadro, que se
halla tras el altar y se aprecia desde cualquier punto del templo salesiano,
tiene tras de sí una historia llena de misticismo.
Fue el mismo San Juan Bosco,
gran propagador de la devoción a María Auxiliadora, quien mandó pintar la
majestuosa obra al pintor italiano Tomás Lorenzone y
le dio instrucciones precisas sobre cómo debía realizarla.
El artista tardó tres años en culminar el cuadro, que
luego fue entronizado en la Basílica de María Auxiliadora con el título de
"María Madre de la Iglesia".
Tiempo después, cuando ya había culminado el
cuadro, Lorenzone confesó:
·
“Al representar el rostro de
la Virgen sentí como si una mano invisible guiaba mi pincel; de ahí la preciosa
expresión del rosto de Nuestra Señora”.
De acuerdo con varios expertos, el icono recoge toda la teología de Don Bosco
sobre la Auxiliadora de los Cristianos.
Las dos coronas doradas, de María y el Niño, se
relacionan con el texto del Apocalipsis que dice:
·
"Una Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus
pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza".
La imagen fue coronada
solemnemente mediante decreto del Papa León XIII el 17 de mayo de 1904.
La devoción a María Auxiliadora se remota a los
primeros cristianos en Grecia, Egipto, Antioquía, Éfeso, Atenas y Alejandría,
quienes acostumbraban llamar a la Virgen como "Auxiliadora".
En
1806 las aspiraciones ambiciosas de Napoleón que quería imponer al Papa
exigencias de bloquear Inglaterra a lo que el Papa se negó, hizo que Francia
invadiera Italia obligando al destierro al Papa Pío VII.
En su
cautiverio, que duró 5 años, el pontífice prometió a la Virgen que si
recuperaba su libertad y volvía a Roma, declararía ese día como solemne en
honor a María Auxilio de los cristianos.
El
emperador francés fue derrotado y Pío VII pudo encaminarse hacia la ciudad de
Roma, donde en medio de una alegría general entró el día 24 de mayo de 1814.
De
este acontecimiento, viene la tradición de la Solemnidad a María Auxiliadora
cada 24 de mayo.
Pero
sin duda fue con San Juan Bosco con el que esta advocación mariana encontró un
mayor auge religioso y popular.
El
santo educador de Turín veía el florecimiento de sus obras apostólicas y
educativas entre los jóvenes como obra de la Virgen María.
En
1860 se le aparece la Virgen y le manifiesta su deseo de ser honrada con el
título de “Auxiliadora”, y señala el sitio para que se le construya un templo.
En
1863, con graves dificultades, Don Bosco comienza la construcción de la hoy
Basílica de María Auxiliadora, lo hace con apenas un capital de cuarenta
céntimos.
San
Juan Bosco, junto con la Familia Salesiana, extendió por el mundo esta
advocación y también al Santo Rosario.
Fuente: gaudiumpress.org
Publicada
en DIARIO DE ÁVILA Digital 30 de mayo
de 2017