599. La Virgen de Fátima y San Juan
Pablo II.
El 13 de mayo de 1917, Nuestra Señora de Fátima
se apareció a los niños: Lucia, Jacinta y Francisco que actualmente están enterrados en la Basílica construida junto a
la Capelinha. Jacinta y
Francisco son ya Beatos y van a ser canonizados por el papa en el centenario de
la Aparición. El día 13 de mayo del 2017.
Los mensajes marianos de Fátima siguen removiendo a
las almas y fortaleciendo su fe. El rezo del Rosario, pedir por los pecadores,
desagraviar tantas ofensas como hacemos a su Hijo Jesucristo ha de ser viva
realidad que nos ha de mover también al sacrificio voluntario en los miles de
detalles de cada día.
Desde el 13 de mayo de 1981, debido al atentado que
sufrió el Papa, relacionamos a Fátima
directamente con Juan Pablo II.
¿Cómo se organizó el atentado? Pese a las dudas a que
dieron lugar la trama de los organizadores, poco a poco, todo se va sabiendo.
En su primer viaje a Polonia, el día 2 de junio de
1979 en la Plaza de la Victoria de Varsovia, el Papa dijo ante un millón de
polacos:
·
“No
se puede, de hecho, comprender al hombre sin Cristo. Esa fundamental realidad
que es el hombre no es capaz de comprenderse en sí misma, hasta el fondo, sin
Cristo. No se puede entender: ni quién es, ni cuál es su verdadera dignidad, ni
cuál es su vocación, ni su destino final. Todo esto reitero que no se puede entender sin
Cristo...”
Cuando este viaje fue analizado en el Kremlin se constató la enorme empatía,
la capacidad de convocatoria y el poder de comunicación del Papa. Y se observó
que si en vez de ser una visita para hablar de Dios hubiese sido para animar a
las muchedumbres a rebelarse contra la falta de libertad a la que estaban
sometidos los polacos por el gobierno comunista, el pueblo –fiel a su carisma- le
habría seguido diligentemente y con prontitud.
Ante esto, las autoridades soviéticas decidieron
actuar con diligencia para salvar su ideología: el Comunismo.
Ideología que
con tanta claridad, contundencia y eficacia, día a día, estaba desmontando Juan
Pablo II. Por lo tanto había que acabar con este acuciante y grave peligro.
Y comenzó a diseñarse y organizarse minuciosamente el
atentado.
Diez años más tarde, en 1989, ciertamente se produjo
el derrumbamiento de todo el sistema comunista y soviético y no sólo en los
llamados países satélites, sino también en el interior de la ya extinta Unión
Soviética.
Y mientras que tanto: escritores como pensadores, e
investigadores y criminalistas o políticos, aducían causas de todo tipo y de
toda índole; Juan Pablo II era capaz de dar, con perfecta autenticidad y con
implacables argumentos, la convincente explicación, moral y cierta, de la caída
del comunismo.
Y había que empezar a buscar la causa de tal hecho.
·
En sus palabras de 1979.
·
En la nítida claridad de su mensaje.
·
Y en la autenticidad, ejemplaridad y santidad de su
vida.
La bala que recibió el Santo Padre estuvo a punto de
acabar con su vida, pues recorrió su cuerpo y fue rozando siempre órganos
vitales; pero él mismo reconoce que fue un gran milagro, y que el milagro fue
de la Virgen de Fátima. El Papa nos dijo:
El 17 de mayo de 1981, con voz débil y desde el
hospital, Juan Pablo II habla al mundo, por vez primera desde el atentado que
había podido costarle la vida. Nos dice:
·
“Rezo por el hermano que me ha herido, al cual he perdonado
sinceramente”.
Si el Papa salió vivo de este salvaje atentado, en el
que le dispararon a bocajarro, fue por la acción portentosa de la Virgen de
Fátima.
El 13 de mayo de mayo de 1994, Juan Pablo II, no
tendrá reparos en decir a un grupo de Cardenales en Roma:
·
“A mí se me ha dado a comprender de un modo especial el mensaje de la
Virgen de Fátima: la primera vez el 13 de mayo de 1981, en el momento del
atentado contra la vida del Papa: contra mi persona; y después de nuevo hacia
el final de la década de los ochenta con ocasión del hundimiento del comunismo
en los países del bloque soviético. Pienso que se trata de una experiencia
bastante transparente a todos”.
Cinco meses después del atentado, en la Audiencia General
del 14 de octubre de 1981, decía:
·
“El
atentado contra la vida del Papa del 13 de mayo me ha permitido, al mismo
tiempo, comprender claramente y hasta el fondo que ésta es una gracia especial
Suya para mí mismo como hombre; y, a la vez –teniendo en cuenta el servicio que
realizo como Obispo de Roma y Sucesor de San Pedro– una gracia para toda la
Iglesia y para todo el mundo.
La
riqueza sustancial de estos argumentos y de estos mensajes tiene como fuente a Pedro
Beteta, Doctor en Teología y escritor, en AnalisisDigital.com
Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital 12 de mayo de 2017