515. El héroe apuñalado.
Ignacio Echeverría, nuestro
héroe del monopatín, era de estas personas que al principio pueden resultar
distantes por ser un tanto serio y además algo tímido e introvertido; pero que
una vez pasado esa primera impresión se descubría, en él:
·
A un joven con valores y principios sólidos, que no
tenía dobleces.
·
A un joven cabal, auténtico.
·
A una persona que tampoco tenía segundas intenciones.
·
A un noble ciudadano que no entendía a las personas
cínicas e hipócritas.
Además era profundamente
religiosa y amigo de sus amigos. Amigos estos que eran pocos pero de verdad.
A Ignacio no le gustaba ser
protagonista o amigo de participar en reuniones sociales.
De este mundo nuestro
actual, tan confuso tantas veces, no entendía la segregación por clases
sociales, razas, religiones o nacionalidades.
En todas las anécdotas que
se recuerdan de este joven trasciende una cualidad que está presente siempre su
humilde normalidad y su sencillez.
Él, sin quererlo, ha pasado
a convertirse en un héroe.
Un héroe internacional por haber
realizado el acto más generoso que puede realizar una persona:
·
Sacrificar su vida por salvar a otra, que además tan
siquiera conocía.
Ignacio Echeverría, según
cuenta su párroco, es el ejemplo de los que tienen una conducta cristiana allá
donde estén.
Sobre la crisis de los
refugiados, su respuesta era:
·
“Yo intento ser una persona misericordiosa y procuro
ayudar siempre.
Ignacio
acudía todos los domingos a Misa.
En
Las Rozas. Madrid, su lugar de residencia en España, participaba en un grupo de
acción católica; y se reunían dos veces a la semana. El lógicamente lo hacía
cuando podía. El objetivo era hacer examen de conciencia sobre la
vida propia y contar las cosas que les ocurrían a la luz del evangelio, sacando
con ello ideas para la vida diaria.
No sólo sus amigos y
compañeros lo echarán de menos, también lógicamente sus familiares, y los niños
con los que jugaba y le encantaba pasar el tiempo.
Descanse en paz, en el
Cielo y con Dios, nuestro querido Ignacio:
·
Él, supo, quiso y pudo vivir para intentar construir
la paz en este mundo nuestro tan turbio y tan extremadamente malvado.
·
Él, con su ejemplo nos ha dejado un testimonio
valiosísimo.
Y además con su vida
virtuosa y solidaria; y con este final tan tremendamente cruel, pero a su vez
tan tremendamente valioso, nos ha dejado un espejo en el que se pueden mirar
las futuras generaciones.
Publicado en La Nueva España. Prensa Asturiana.
Digital. 13 de junio de 2017
Publicado en
Forumlibertas.com Opinión 14 de junio de 2017
Publicada en Diario JAÉN
18 de junio de 2017
Publicada en Diario
Atlántico. Vigo. Digital
23 de junio de 2017