65 Amor,
sexo y procreación
Amor, sexo y procreación: de la forma en que
entendamos, experimentemos y vivamos estos
tres pilares básicos de la vida dependerán muchas cosas importantes.
El buen o el mal uso de estos principios hará que
nuestra vida discurra por caminos de felicidad, por caminos veraces; o por el
contrario sino sintonizamos bien estos elementos primordiales podemos discurrir
llevando una vida desequilibrada o que acabe en precipicios peligrosos.
No todo lo que se puede hacer se debe hacer.
Hay personas que opinan que el sexo se puede
separar del amor y viven una vida aparentemente placentera, en la que es cierto
que abunda la lujuria y el desenfreno, pero en la que no existe: ni el placer
ni la felicidad real; esta vida alocada, sin principios básicos, a la larga
contenta poco, puede servir para un instante, pero en la mayoría de los casos
deja una huella agridulce y tristona.
El sexo sin el amor es poco consistente y nos
produce gran inestabilidad emocional.
Las personas que así viven están ancladas en la
mediocridad, llegará el momento en que acaben siendo unos desgraciados: por
haberse quedado en lo superficial, sin ahondar en las preciosas realidades del
amor y de la felicidad verdadera.
Estas personas viven en las cloacas de lo mundano
y no vislumbran la grandeza y la trascendencia del verdadero amor, andan
picoteando, buscando sin sensibilidad las “bajezas” de un mundo insensible a la
verdadera realidad de la vida y a su trascendencia más sublime.
Hay muchas parejas y matrimonios que se rompen
porque sólo buscan el sexo como fundamento de su convivencia, y al apagarse la
pasión se desencadenan los desencuentros, ambos personas descubren que su
convivencia tiene poco sentido, pues falta el elemento primordial que es el
amor. Para construir una convivencia estable: sólo con sexo no es suficiente,
se necesitan otros aditivos básicos y el fundamental de ellos es el amor,
tampoco el amor es suficiente pues del amor ha de estar acompañado de: La
entrega, la donación mutua, el espíritu de servicio, el respeto, la tolerancia
y crear un clima mutuo en el que puedan subsistir complementándose entre sí: el
sexo y el amor.
En el
mismo orden de cosas dentro del matrimonio tampoco puede existir el amor si no
existe sexo; el sexo es como la sal que condimenta los alimentos, los alimentos
se pueden comer sin sal, pero es bien cierto que la sal le da un algo muy, muy
especial, tan especial que en algunos casos los alimentos sin ella son en vez de
un placer una auténtica tortura.
En la mayoría de los casos el que busca sólo el sexo,
o sea el sexo sin amor, no busca la vida, para él la procreación es un estorbo
y busca todas las artimañas posibles para evitarla y justificar lo injustificable
y en esa dinámica entramos en el tema del aborto, el aborto en la mayoría de
los casos no es un problema relacionado con las malformaciones del feto o con
la violaciones a la mujer es un tema relacionado directamente con el sexo
vivido sin amor, o con locas aventuras, o con actividades lujuriosas, o con
orgías, en las que sólo hay un placer desmesurado y que en la mayoría de los
casos contradicen la dignidad humana. Todas estas prácticas envilecen al ser
humano y lo transforman en personas que como los cerdos buscan el lodazal de sus
propios excrementos para encontrarse en su paraje adecuado, en su hábitat
natural; allí y sólo allí son felices, dada su corta inteligencia y dada la
finalidad de su vida animal.
Por lo tanto consideró que en la mayoría de los
casos el aborto es un problema de desconexión entre sexo y amor, pues el amor
busca el perpetuarse, busca la fecundidad, busca la vida, sin embargo el sexo
mal vivido aniquila el amor y destruye la vida; si buscamos el sexo por el sexo
quizás no veamos más allá de nuestro horizonte mezquino y de cortas miras y no seamos
capaces de descubrir la grandeza que un amor verdadero y auténtico ni la
grandeza y la trascendencia de la vida.
La
maravillosa realidad de la vida necesita manejar en sus proporciones adecuadas
esas tres grande realidades: amor, sexo y procreación. Estas tres realidades
son el fundamento de la vida, sin ellas no existiría la vida y si existe no
existe en plenitud.
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital 16
de marzo de 2014
Publicado en Forumlibertas.com 21 de marzo de 2014