45 Su amabilidad le salvo la vida
Juan trabaja
en una planta distribuidora de carne. Un día, terminando su horario de trabajo,
fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; en ese momento se cerró
la puerta, se bajó el seguro y quedó atrapado dentro.
Aunque golpeó la puerta fuertemente y comenzó a gritar, nadie pudo
escucharlo. La mayoría de los trabajadores
habían partido a sus casas, y fuera del refrigerador era imposible escuchar lo
que ocurría dentro.
Cinco horas después, y al borde de la muerte, alguien abrió
la puerta. Era el guardia de seguridad que entró y lo rescato.
Juan preguntó a su salvador como se le ocurrió abrir esa puerta si no era parte de su rutina de trabajo, y él le explicó:
<<Llevo trabajando en ésta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero tú eres el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible: Ni una palabra, ni un saludo, ni un gesto.
Hoy, como todos los días, me dijiste tu cordial "Hola" a la entrada, pero nunca escuché el "Hasta mañana" de despedida.
Se, por ese "Hola" y ese "Hasta mañana" de todos los días, que para ti yo soy alguien, y eso me da fuerzas cada día, me estimula; con ello me siento querido, apreciado… Cuando no oí tu despedida, supe que algo te había pasado... Te busqué por todos lados y te encontré. >>
Juan preguntó a su salvador como se le ocurrió abrir esa puerta si no era parte de su rutina de trabajo, y él le explicó:
<<Llevo trabajando en ésta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero tú eres el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible: Ni una palabra, ni un saludo, ni un gesto.
Hoy, como todos los días, me dijiste tu cordial "Hola" a la entrada, pero nunca escuché el "Hasta mañana" de despedida.
Se, por ese "Hola" y ese "Hasta mañana" de todos los días, que para ti yo soy alguien, y eso me da fuerzas cada día, me estimula; con ello me siento querido, apreciado… Cuando no oí tu despedida, supe que algo te había pasado... Te busqué por todos lados y te encontré. >>
Reflexión y moraleja, y si quieres puedes sacar un propósito
para mejorar: “Se humilde, cordial y sencillo y ama a tu prójimo”, ¡Sea o no
sea importante!, pues al final todos somos importante.....
¡Todos somos importantes: desde tu jefe hasta el que te sirve
el café en la mañana; y: la limpiadora, el que recoge la basura, el peón, el zapatero,
el panadero, el mendigo…!
Y yo me pregunto: ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo ser
amables? ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo ser agradecidos? ¿Por qué nos cuesta
tanto trabajo ser cordiales? ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo: saludar,
sonreír, apreciar, decir una palabra amable, tener un gesto cariñoso,
agradecer?
Tenemos que descubrir que los demás nos necesitan; necesitan:
nuestro aprecio, nuestra compañía y la cordialidad de nuestro comportamiento
con ellos.
Sintonizar con los demás fortalece nuestras vidas y nos ayuda
a que nuestra sociedad y nuestro mundo sea cada vez más justo; y posiblemente así
conseguiremos vivir en paz, tendiendo siempre hacia el respeto y la libertad de los demás.
Todos somos importantes para conseguir un mundo mejor, nadie
puede vivir aislado, ni podemos tampoco aislar a los demás en este cometido.
Publicado
en Forumlibertas.com 10 de febrero de
2014
Publicada en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 11 de febrero de 2014
Publicada en Diario SUR.ES 12 de
febrero de 2014
Publicada en Diario de Burgos 12 de febrero de 2014