604. Les corroe la avara
codicia
Quisiera que unas palabras del Papa del año 2014 y otras de
hace unos días sirvieran de prólogo a algunas consideraciones personales sobre
la corrupción en España. Corrupción que por desgracia tanto daño está haciendo
a toda la sociedad, pues afea grandemente el rostro de la política y de la convivencia
y produce un grave deterioro, física y moralmente a muchos millones de
personas.
El Santo Padre advirtió esto en el discurso que dirigió a
una delegación de Derecho Penal el 23 de Oct de 2014:
·
“La escandalosa concentración de la riqueza
global es posible a causa de la complicidad de los responsables de lo público
con los poderes fuertes”.
Allí, el Papa lanzó una fuerte condena contra la corrupción,
Y sigue explicando:
·
“El corrupto se cree un vencedor. En un ambiente
de triunfalismo, esta persona se pavonea para menospreciar a los otros”.
En su discurso, el Santo Padre señaló también con dureza:
·
“El corrupto no percibe su mal. Es como el mal
aliento: difícilmente quien lo tiene se da cuenta, son los otros quienes se
percatan y deben decirlo”.
E indicó que estas personas viven del oportunismo e incluso
llegan a interiorizar una máscara de hombres o mujeres honestas.
Ahora el 15 de junio de 2017 el Papa Francisco, arremete de
nuevo contra esta lacra social, económica y religiosa. Y ahora lo hace en el
prólogo del libro Corrosione (Corrosión):
·
"La corrupción es la peor plaga social
porque genera gravísimos problemas y crímenes que implican a todos".
El libro está escrito por el cardenal Peter Turkson,
prefecto del Dicasterio del Desarrollo Humano Integral, junto al filósofo y
miembro de esa institución vaticana Vittorio Alberti.
Ante ello, Jorge Bergoglio afirma que los cristianos y no
cristianos tenemos que ser copos de nieve que forman una avalancha, un
movimiento fuerte y constructivo:
·
“Este es el nuevo humanismo. Este renacimiento,
esta re-creación contra la corrupción que podemos realizar con audacia
profética".
·
“Trabajar todos juntos para combatir esta forma
de blasfemia, este cáncer que destruye nuestras vidas”.
Y añade el pontífice. “Urge que se tome conciencia del
problema y para ello se necesita educación, cultura, misericordiosa,
cooperación por parte de todos, según las propias posibilidades y talentos”.
Mi opinión es que en España actualmente, tanto la izquierda
como la derecha, tanto el centro como populismos y radicalismos, tanto
políticos como ciudadanos de a pie, tanto ricos como menos ricos, en todos
ellos la ficción supera la realidad y ni el mismo Alfred Hitchcock en sus buenos tiempos, ni
Agatha Christi, hubieran sido capaces de crear tramas tan perfectamente ideada
para perpetrar robos de tales proporciones y llevados a cabo, a veces, desde la
misma cúpula del poder, a vista de todos y algunos durante largos años. Salvando
lógicamente la presunción de inocencia, muy difícil ciertamente en algunos
casos, la corrupción rompe todas las barreras y supera todos los límites que
uno pudiera llegar a entender.
Los sinvergüenzas en este país ya gozan de una ingeniería
sofisticada con entramados que superan toda la lógica pensable y posible. Y
además; del ingenio, de la ingeniería, del marketing y de las habilidades de la
escoria humana o más bien inhumana; está:
·
El silencio de los corderos.
·
El que mira para otro lado.
·
El que espera recibir algo.
·
El que vende su silencio.
·
El tonto, o el que se lo hace.
·
El sistemáticamente deshonesto: que calla y
calla.
·
El cobarde.
·
El miedoso.
·
El típico singracia que siempre se encoge de
hombros.
·
El que dice: que más dará si todos lo hacen.
De todas maneras no llegó entender cómo políticos o
ciudadanos o padres de familia que gozaban de honorabilidad y de prestigio, que
además no necesitaban dinero, son capaces de enfangarse hasta convertirse:
·
En presunta escoria.
·
En presunta basura.
·
En presuntos delincuentes.
·
En presuntos apestados sociales.
·
En presunta inmundicia.
¡Eso sí de élite y con galones!
Bien es cierto que en el entorno de estas personas todavía
existirán ciudadanos que aplaudan, que se pongan de su lado y que incluso la
justifiquen y estén dispuestos a ayudarles.
En este mundo nuestro hay mucha basura, mucha corrupción,
muchas cloacas de:
·
Usura, codicia, avaricia, orgullo, egoísmo, deslealtad,
traición y un sinfín más de vicios deplorables que contaminan todo lo que hay
alrededor.
Estos osados personajes, honorables y con abundantes títulos
de hidalguía, se aprovechan de ello para llenar de fango nuestras instituciones:
incluso las más sagradas. Instituciones lamentablemente ya bastante
deterioradas.
Y además implican con
sus podridas actuaciones a los poderes civiles, a la vida política y a toda la esfera
social.
Con la actuación presuntamente delictiva, corrupta y
denigrante de tantos y tantos: familias, clanes, personajes de relieve, empresarios,
políticos, ciudadanos de a pie que hasta entonces abanderaban los símbolos más
representativos de nuestras sagradas instituciones, han conseguido que nuestra
democracia carezca de honorabilidad, de credibilidad, de firmeza e incluso de
eficacia.
Y Dios quiera que no acaben destruyendo definitivamente a esta
democracia, a España y a sus firmes pilares:
·
Firmes pilares que tanto sacrificio, tanto
dolor, tanto esfuerzo; y años de trabajo y de zozobra, costó a muchos. Otros
muchos también quedaron en el camino. Y todo esto para construir una España
estable, prospera y en paz.
Por otro lado, debido a la mala y escandalosa actuación de
estos personajes reprobables y a la muy negativa repercusión que esto produce,
otros muchos ciudadanos honrados:
·
No tienen para comer, no tienen una adecuada
sanidad, ni la conveniente educación y cultura, ni una vivienda adecuada, ni un mínimo estado de bienestar,
ni un trabajo digno, ni un sueldo adecuado y por supuesto no tienen unas
vacaciones a la que todo el mundo debería de tener derecho.
Y mientras ellos nadando en la abundancia, medio ocultos en
la cuadra de su mediocridad y de su penuria moral. Son personajes lamentables y
desgraciados que se arrastran en el fango para adquirir riqueza y poder, y todo,
a costa de los demás. Son pordioseros del dinero, esclavos de la maldad, con
corazón de piedra y un alma podrida que huele a putrefacción.
Dios y su Santísima Madre la Virgen María, reina de nuestra
gran nación, libre a España y a los españoles
de la perversión de este lamentable puñado de macabros e insensatos seres: ¿humanos
o inhumanos? Dios sabrá.
Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital 21 de junio de 2017