134 Recovecos del buen amor
Nos pueden
ayudar en nuestro matrimonio las siguientes conclusiones prácticas a las que he
llegado, después de leer las ideas del Psicólogo Joan Garriga en ABC familia. Primera idea: «No hay modelos ideales para ser
feliz en la pareja, solo hay libertad para inventar un modelo propio»
Y para ampliar
detalles de ese amor entre: “un tú y un yo”, se pueden dar otras indicaciones y
exponer estos otros aspectos relevantes:
Pues aunque el ser humano haya nacido para vivir acompañado
por esa persona que puede dar sentido a nuestra vida y hacernos felices, no es
fácil mantener y conservar el amor en el matrimonio, el camino del amor tiene
muchos baches y en él hay muchos tropiezos. También el psicólogo J. Garriga en
su nuevo libro «El buen amor en la pareja» se adentra precisamente en los
recovecos del buen amor, un amor que se reconoce «porque en él debemos de ser
exactamente como somos y dejar que el otro sea exactamente como es.
Y siguiendo con las indicaciones:
Algunos matrimonios no se relacionan con la persona
que tienen al lado, sino con las imágenes que se han ido formando de esa persona
a lo largo del tiempo; viven en el pasado de esa persona y se olvidan de
actualizarse cada día y eso puede hacer peligrar la convivencia; la otra
persona se ilumina cuando le reconocemos y le descubrimos nuevamente, y de este
modo también nosotros nos volvemos renovados y jóvenes.
Por otro lado el matrimonio no está pensada para
darnos siempre la felicidad, aunque si sabemos encajarlo todo experimentaremos
algo que se acerca a la dicha.
Algunas relaciones discurren con fluidez y facilidad,
no chirrían; son el resultado del encuentro de dos naturalezas que armonizan
sin grandes desencajes; otras veces, todo es difícil, muy difícil y puede ser
incluso frustrante, a pesar del amor.
Es estupendo cuando en el matrimonio ambos sienten en
sus adentros, de verdad, de corazón, que lo mejor es: caminar juntos, cooperar,
ser compañeros, amigos, hermanos.
Es bueno saber que el matrimonio es una relación de
igualdad en la que hay que procurar que haya un intercambio de equilibro y
justicia; dar mucho puede generar en el otro un sentimiento de deuda y
empequeñecerlo; mejor dar lo que el otro puede devolver de alguna manera, puesto
que con el intercambio fértil y equilibrado crece la felicidad.
Cuando alguien en una relación lo pide todo del otro,
debemos sospechar que algo muy raro pasa, que esa otra persona sin duda no va a
tomar y apreciar lo que se le da, porque está anclada en un guion de
insatisfacción que se nutre solo de demanda: pedir, pedir, pedir…, la cual, aunque
sea atendida, no satisface; este, en ocasiones, es un camino hacia la nada, un
absurdo; un matrimonio así: es la frustrante antítesis del amor verdadero; es
la incoherencia inconsistente.
Otra idea importante en el matrimonio es que lo
forman: dos adultos que se sostienen sobre sus propios pies, no dos niños
buscando a sus padres.
Un buen planteamiento es: “Pienso que sin ti también
me iría bien, pero me alegra de corazón que sea contigo y que estemos juntos”;
quiero decir: “Te quiero mucho pero que no eres ni te creas insustituible”.
Es un regalo enorme amar: las sombras del otro, su
ego, sus dificultades y ser compasivo con ello; para que de esta manera se facilite
el próspero convivir en el día a día; en la enfermedad y en las penas tenemos
que estar también al lado del otro.
Conviene saber que el amor se desarrolla mejor en
universos de relación ordenados: que los padres sean padres y que los hijos
sean hijos y que la pareja que se ha creado tenga prioridad frente a las
familias de origen; que el pasado sea honrado y ayude a labrar un buen presente
y un buen futuro; no podemos hacer un popurrí familiar: con la suegra, el
padre, la hija, el marido y….la cuñada
El exceso de «yo» y de individualidad por encima del
sentido del «nosotros» nos expone a más y más incertidumbre pero también
convierte a la pareja en un campo increíble de libertad, hay que saber combinar
el yo y el nosotros con habilidad y con el deseo de que todo mejore.
Los matrimonios se enfrentan, en su cada día, con asuntos que en algún momento duelen: hijos que
no vienen, muertes o enfermedades de seres queridos, vaivenes económicos y
existenciales, roces, diversidad de puntos de vista…. ; son asuntos que nos ponen
a prueba y que o bien los fortalecen o bien los derrumban y pueden llegar los
resentimientos y la incomprensión.
Aquí quedan para todos estas ideas que pueden mejorar
la calidad de nuestra relación en un mejor ambiente de paz y concordia. Dejando
también a Dios que actúe.
Publicada en “Cartas al Director,
Tu voz en la red” Digital 25 de agosto de 2014
Publicada
en DIARIO DE AVILA Digital 25 de agosto de
2014
Publicado en Forumlibertas.com 10 de septiembre de 2014