305 El Papa
Francisco, contra el hambre en el mundo
En este mes, en el que: “Manos unidas”, ONG de la
Iglesia Católica trae a nuestra consideración el drama del hambre en el mundo,
yo quiero hacer mi pequeña consideración escrita, y para ello quiero descifrar
con brevedad el mensaje que el Papa Francisco nos ha dado respecto a este:
“Grave, tremendo e inmoral problema”.
En un mensaje enviado al director de la FAO, el Papa
consideró que: “Uno de los desafíos más serios para la humanidad es el de la
trágica condición en la que viven todavía millones de persona”, e indico también que un tercio de la producción mundial
de alimentos no está disponible a causa de pérdidas y derroches cada vez
mayores, y dijo que: “Bastaría eliminarlos para reducir
drásticamente el número de hambrientos….” Dijo también: “Nuestros padres nos
educaban en el valor de lo que recibimos y tenemos, considerado como un don
precioso de Dios”. Hoy por el contrario la educación y los conceptos
perdurables que lideran nuestras vidas son muy distintos; ya no pensamos tanto
en los demás: en el ignorante, en el analfabeto, en el pobre, en el necesitado,
en el enfermo, en el hambriento, en el vecino, en el que está solo y necesita
cariño… Y pensamos y vivimos escandalosamente la Cultura Egoísta del
Consumismo: “El YO crece y el TÚ disminuye”. A continuación he querido resumir
las indicaciones del Papa Francisco para que se nos ablande el corazón y de una
manera contundente y eficaz empecemos a pensar más en los demás, en los otros.
Es necesario, de nuevo repito: “que aparquemos el yo y acojamos el tú” y de
esta manera este mundo nuestro: desdichado y cruel, podrá ser un lugar más
humanitario y solidario, un mundo felizmente generoso; aquí os dejo estos puntos
de referencia de la enseñanza de nuestro entrañable y entusiasta Papa
Francisco:
Es un escándalo que
todavía haya hambre y malnutrición en el mundo. Esto no formara parte del sistema
Hay que acabar con la esclavitud de la ganancia a toda costa.
Siendo solidarios se puede conseguir el objetivo de eliminar las formas de indigencia que se
originan por la carencia de alimentos.
La solidaridad ha de llegar a asegurar que cada vez más personas puedan ser
económicamente independientes.
Todavía
estamos lejos de un mundo en el que todos puedan vivir con dignidad.
El planeta
está marcado por el consumismo, el desperdicio y el despilfarro de
alimentos.
Aproximadamente un tercio de
la producción mundial de alimentos no está disponible a
causa de pérdidas y derroches cada vez mayores.
El desperdicio de alimentos
no es sino uno de los frutos de la: “Cultura del descarte”;
un triste signo de la <<globalización de la indiferencia>>.
El reto del hambre y de la malnutrición tiene fundamentalmente una dimensión ética y antropológica.
Educar en la solidaridad significa entonces educarnos
en la humanidad. Apoyar y proteger
a la familia para que eduque a sus miembros en la solidaridad y en la
generosidad.
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital 18
de febrero de 2014
Publicada
en LA TRIBUNA DE ALBACETE Digital 20 de
febrero de 2014
Publicada en
DIARIO DE AVILA Digital 21 de
febrero de 2014
Publicada en
Diario de Burgos 21 de febrero de 2014
Publicada en Diario JAÉN
24 febrero de 2014