Feliz año 2014 a todos los
que, de una manera u otra, forman parte del Instituto Reyes de España de
Linares. Jaén. Andalucía. España
Querido director y queridos compañeros:
Os deseo un feliz año 2014 y que: con
ánimo, con habilidad, con destreza, con sabiduría, con talento y con mucho
cariño, desarrolléis vuestro trabajo. Más que nunca los jóvenes: necesitan
vuestro interés por su educación, necesitan vuestro consejo, necesitan que compartáis
con ellos vuestro talento. Esto no es
fácil, pues la rebeldía juvenil es evidente, aunque yo –en cierta manera- justificaría
esa rebeldía teniendo en cuenta el clima de corrupción en el que viven y en el
que vivimos todos, teniendo en cuenta también la crisis generalizada que
sufrimos hace bastantes años y como remate, teniendo en cuenta, la crisis de
valores: educativos, sociales, religiosos, morales, familiares …. Yo durante muchos años he estado especialmente
unido a los alumnos, he compartido: sus alegrías, sus preocupaciones, sus
juegos, sus inquietudes y sus rebeldías; he sido uno más entre ellos, hasta el
día en que las circunstancias me hicieron ver que: “el uno más” que era yo:
sobraba, y debido a eso me fui, me tuve
que ir; me tuve que ir por mejorar en lo posible mi salud: física, psíquica y
emocional: todo ello algo deteriorada. Ahora desde la lejanía física, pero
desde la cercanía del corazón os agradezco: vuestro respeto, vuestra
tolerancia, vuestra compañía, vuestra
cooperación y sobre todo vuestra amistad. En más de 32 años, justamente: 32
años, tres meses y diez días, en el IES, he aprendido tanto entre vosotros que
ahora vivo de aplicar lo aprendido: leo, escribo, trabajó en mi bloc, organizo mis publicaciones, preparo la recopilación de mis años como organizador
de actividades extraescolares, diálogo, medito y vivo; y todo ello con ilusión
y con el recuerdo: de esa Avenida de San Cristóbal, de nuestros patios, de las
aulas, de la biblioteca en donde he pasado muchas, muchas horas. Allí, entre
vosotros, recibí tanto que mi autoestima aún está viva y activa, con una
actividad vibrante y emotiva. Gracias de nuevo, sois para mí una referencia
imprescindible para mi futuro. Futuro en el que espero poder sacar el mejor fruto
de los talentos que yo he recibido, muchos de ellos –como ya he mencionado- junto
a vosotros. La estructura del Instituto con tantos ciclos formativos, con tanta
diversidad de alumnos y con tanta diversidad de profesores, es una joya de gran
valor. La riqueza profesional de los compañeros: médicos, farmacéuticos,
químicos, enfermeros, radiólogos, físicos, tecnólogos, ingenieros técnicos
industriales, ingenieros técnicos mineros, mecánicos, eléctricos, educadores
físicos, psicólogos, pedagogos, licenciados en derecho, técnicos en automoción,
profesores de primaria, logopedas, intérpretes de lenguaje de signos,
informáticos, matemáticos, biólogos, geólogos, arqueólogos, licenciados en
lenguas extranjeras, Licenciados en lenguas clásicas, humanistas, licenciados
en arte, economistas, licenciados en bellas artes, administrativos, diplomados
en tecnologías de la alimentación, licenciados en lengua española, profesores
de educación especial, doctores y catedráticos en algunas de las
especialidades, filósofos, músicos, teólogos, diplomados en empresariales,
profesores técnicos en diversas materias, licenciados en humanidades,
profesores de adultos…; está aplastante diversidad difícil es de encontrar en
otro colectivo profesional, y considero que es un tesoro de incalculable valor.
Todos -cada día- íbamos, vosotros
seguís yendo, al Instituto para enseñar, pero cada día salíamos aprendiendo,
aprendiendo: de los alumnos, de sus rebeldías, de su ingenio y al menos de la
inocencia y de su juventud; de los profesores pues: ¿Quién no aprende
con la diversidad de saberes allí concentrados? ¿Quién no aprende en la mesa camilla? Y ¿Cómo no íbamos a aprender en aquellos sillones granates que
nos evocaban el recuerdo de nuestros antepasados? ¿Cómo no íbamos a aprender
junto a la gran mesa, perteneciente a la muy antigua y muy ilustre: Escuela de
la Minería? Podría seguir detallando circunstancias pasadas pero estas
pinceladas son suficientes para dejar en el recuerdo mi vida en ese instituto:
IES Reyes de España. Personalmente siento el orgullo de formar parte de los
profesores que inauguraron el Instituto junto a sus majestades los Reyes de
España y siento el orgullo de haber estado allí esos 32 y pico años y siento el
orgullo de querer ser hijo adoptivo de Linares y siento el orgullo de los
alumnos que he tenido, aun de los más revoltosos que también los ha habido y
siento el orgullo de los compañeros y el orgulloso de organizar junto a los
alumnos infinidad de: concursos, campeonatos, torneos, conferencias, jornadas
educativas, mesas redondas, visitas culturales, exposiciones, actividades de
acción social, actividades de: paz, respeto, tolerancia … Y organizar,
organizar y organizar; pues junto a los jóvenes me sentía a gusto, muy a gusto;
hoy siento la nostalgia del asiduo trato con los jóvenes y me falta esa
convivencia que ha sido tan fundamental e importante en mi vida durante tantos
años. Quiero recordar un dicho de Séneca que decía así: “qué importa que sepamos
lo que es la recta sino sabemos lo que es la rectitud” ya me perdonareis mis
compañeros que a veces haya abandonado, en cierta manera la recta,
matemáticamente hablando, para acentuar más en los jóvenes el concepto de
rectitud. He querido durante estos años la rectitud en mi vida, he querido
también dar ejemplo de ella y he querido ver la rectitud en mis alumnos, pero
por supuesto sin abandonar la recta. Pues a fin de cuentas tanto la recta como
la rectitud forman parte imprescindible de nuestras vidas. Y para finalizar
estoy orgulloso de: haber sido, y en donde he sido, y como he sido, y con quien
he sido. Y vosotros seguís siendo parte de ese tesoro que yo quiero tener en
la: “mágica alacena de mis más bellos recuerdos”.
Adiós no, pero sí: “hasta siempre”.
rafagutierrez