35 Nos desvalijan nuestros
propios protectores
Hace poco más de un mes leí un artículo denominado: “Indignos e
indignados” en él, para comenzar, el autor: César Valdeolmillo citó una frase
de un: filósofo, escritor, humanista, moralista y político francés llamado:
Michael E Montaigne, que dice: “Nada hay más infame, que te desvalijen quienes
deben protegerte” y esto está sucediendo desde hace años en nuestra España, y
también por desgracia en otras partes del mundo. Vemos como cruelmente nos
desvalijan, a unos y otros, sin que nos podamos defender. En cierta manera las
autoridades, que nos gobiernan desde hace ya algunos años, nos están
desposeyendo de muchas cosas y a mucha gente. Unos son desposeídos de su puesto
de trabajo, otros de la validez de un título universitario que en España no
sirve para nada, otros de los más elementales medios de subsistencia; a otros
le roban sus ahorros, a otros sus viviendas, a otros a sus propios hijos, a
otros su trabajo, a otros el estado del bienestar, a otros la realidad de una
vida coherente y en paz; muchos sufren por no entender decisiones judiciales
tan atrevidas como la del caso Parot, otros no pueden dejar de pensar en la
crueldad terrible de ver en la calle, un día y otro, a los asesinos de sus
propios familiares; otros buscan con dolor el cuerpo muerto de su hija mientras
que su asesino busca prebendas para indicar el sitio; otros mueren de frío y de
hambre y de tristeza y de desolación mientras los poderosos que nos gobiernan,
de uno y otro signo, buscan con ingenio y con trampas: hábiles y maquinadas la forma de justificar
actuaciones terriblemente lamentables de robos de millones y millones de euros.
Los partidos políticos, los sindicatos, las autonomías, los ayuntamientos, los
financieros, los empresarios y un sinfín más de personas, de mucha u poca
categoría, se justifican de sus
robos para salir absueltos y no
pagar lo robado anteriormente y además buscar el “modo operanti” para volver a robar; y mientras, los pobres por las calles
tirados, los hambrientos en los
comedores de beneficencia comiendo a veces lo que les sobra a otros menos
hambrientos, y mientras esto sucede algún que otro inquilino de la cárcel con
las espaldas bien cubiertas por abogados, para que dentro de unos años estén en
la calle pero con más paraísos fiscales de los que tenían cuando entraron en la
prisión; y ya para colmo mientras según los abogados: la infanta no sabía lo que firmaba; los ancianos y las
personas de bien, cuando firmaron las preferentes: si lo sabían. Antes en
España se decía que había “p___ s de lujo” para algunos, hoy hay “ladrones de lujo”, algunos
de ellos con coche oficial y con chófer; otros más atrevidos, hipotéticamente, incluso
con bandera oficial en el auto y con escolta. La democracia que tenía que traer
a España la dignidad perdida, por
desgracia se ha perdido también, atracada
por su propios representantes; ellos los dignos representantes de nuestros más dignas
instituciones: se han corrompido y se han metido en las podridas cloacas y en las aguas putrefactas, para
desconsuelo de todos. Todo lo que sucede en estas esferas es terriblemente
depresivo: la honradez de nuestros representantes, de día en día, en tela de
juicio. Por desgracia ya nuestros jóvenes no conocen: lo que es la honradez, ni
lo que es la honestidad, ni lo que
es la transparencia, ni lo que es la
credibilidad, ni lo que es la defensa de
los derechos de todos. Triste es el
paisaje y triste es el horizonte, y mientras, nuestros hijos: de emigrantes, o
si se quedan aquí: de mil euristas, sin estabilidad en el trabajo y exprimidos
en muchas ocasiones. Y por el contrario políticas por doquier: más congresos, más
senados, más autonomías, más ayuntamientos, más cargos duplicados o triplicados
o inventados y ERES falseados a manos llenas y con alevosía. Y pasa el tiempo y
unos con su: “Puedo prometer y prometo” otros con: “ España va bien” otros que
no se enteran de que había crisis en España y cuando se enteran miran para otro
lado y siguen en la poltrona, y unos y otros llenando de viviendas el país
hasta llegar a la saturación que originó la burbuja inmobiliaria o retando a
España en la búsqueda de su independencia; y otros, asesinos recién salidos de
la cárcel, buscando presionar para que
vayan saliendo los asesinos que aún quedan; y unos y otros tan contentos, pues
a fin de cuentas ellos no pasan penalidades, las penalidades las pasan los ciudadanos de a pie, ya que
muchos de ellos tienen que sufrir, y silenciosamente, y calladamente, para de
esta manera, seguir siendo indigentes o víctimas anónimas, para que el
anonimato al menos sirva para conservar
la dignidad ¿pues si pierden la dignidad ya que les queda? Serian, más
tristemente aún, el hazmerreir de la sociedad.
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 20 de enero de 2014
Publicada en Diario Atlántico.
Vigo. Digital 26 de enero de 2014