Haciendo una
reflexión sobre el Sacramento de la
Penitencia, quiero resaltar que en algunos sectores de la Iglesia Católica se
está prescindiendo de este sacramento, y además se siguen arrinconando los
confesionarios o dejándolos en desuso. Hace años un sector mayoritario de los
católicos tenía Dirección Espiritual y por ese camino orientaban su vida para
procurar ser fieles a la doctrina vivificadora del Señor Jesús; después durante
algunos años esto se sustituyó por la confesión frecuente, pero sin confesor
fijo; y después se sustituyó por la confesión a largo plazo; hasta llegar hoy a
la Confesión Comunitaria, que es algo frecuente que se viva sin seguir las directrices
de la Iglesia Católica, y a veces en algunas Iglesias se vive con tanta rapidez
y precipitación que pierde su auténtico sentido. Esperemos y deseemos, por el
bien de todos, que pronto se restablezca, en todos los lugares, la práctica,
tan aconsejable y eficaz, de la confesión frecuente, un reto exigente pero
necesario. Dios siempre perdona, pero en los casos de pecado grave se necesita
la absolución del sacerdote. Y quiero
recordar de nuevo los puntos necesarios para una buena confesión: examen de
conciencia, dolor de los pecados, propósito de la enmienda, decir los pecados
al confesor y cumplir la penitencia. Estos puntos están en plena vigencia y se
puede consultar el catecismo de la iglesia católicay conocer más sobre ello. Es
bueno que revisemos de vez en cuando aspectos tan importantes de nuestra vida
cristiana; para de esta manera mejorar nuestra fe y para poder ser auténticos
apóstoles del Sr. Jesús. Nuestra sociedad está muy necesitada de cristianos
comprometidos que vivan su cristianismo con autenticidad, partiendo siempre de
los principios básicos y fundamentales, principiosque una vez conocidos habría
que vivirlos y darlos a conocer; hoy, hay mucha ignorancia religiosa y esto
causa un gran mal a la sociedad; una sociedad que por este camino acabaráen el
pozo de una ignorancia perniciosa y destructora, y desde allí se dejara llevar
por el viento de ideales mezquinos y sin
sentido, que sólo consiguen trastornar nuestras vidas; vidas que, en tantas
ocasiones, están indefensas por la falta de formación humana y cristiana. Hoy
en nuestra sociedad por desgracia existen muchos cristianos analfabetos que
desconocen su fe y que viven apartados simplemente por ignorancia. Por lo
tanto, hoy en día, es muy importante la
catequesis de adultos para mantener en la sociedad un cristianismo vivo y
operativo; un cristianismo exigente que influya en las estructuras que mueven
nuestra sociedad. Adelante, todo esto es posible, todos podemos, poniendo
nuestras capacidades al servicio de nuestras creencias religiosas; y no
abandonando la formación, dado que la ignorancia no es útil y no nos lleva
nunca por el buen camino, sino más bien por el camino del abandono que es lo que sucede actualmente.De nuevo ¡Adelante!
Lo primero de todo: conversión; y la conversión nos lleva a la fe; y la fe nos
lleva al amor; y el amor a la vida, a la auténtica vida; esa vida feliz que
todos anhelamos. Y la anhelamos para ahora y para toda la eternidad.
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 17 de diciembre de 2013
Publicada
en Diario JAÉN 26 diciembre de 2013