9 de Agosto de 1998 78 Aniversario de su nacimiento
84 LOLO:
LA BELLEZA DE UNA LUZ RESPLANDECIENTE
La personalidad, las cualidades, el grado de virtud, el deseo de Dios, su proyección apostólica, su obra literaria, su "hágase" lleno de generosidad, su conformidad ante la adversidad, su conocimiento del Amor de Dios, fueron tan grandes que es fácil proponerse hablar y escribir de él. Lolo dejó dibujado en la tierra el rostro amabilísimo de Dios.

Lolo para saltar a lo eterno, para encontrarse con Dios,
coge lo que tiene a su alcance: su silla de ruedas, su cuerpo maltrecho, su
pluma, su afable trato con el amigo, su "ajetreo" cotidiano. Él, como
el burro de noria, da vueltas interrumpidas a la rutinaria cotidianidad, pero
lo hace poniendo el condimento insustituible de su gran amor, por ello de cada
vuelta, en vez de sacar la escalofriante sinrazón de una vida anodina, saca el
agua con la cual no tendrá ya más sed, porque salta hasta la Vida Eterna.
¡Que genialidad la de los hombres de Dios! ¡Que
genialidad más asombrosa la de los Santos! ¡Y que genialidad tan exquisita la
de Lolo! Él supo sacar agua viva de la seca aridez del desierto.
--¿Y tú, qué has bebido el agua fresca que mana del
manantial de su valioso testimonio?
--¿Y tú qué te
has rozado con él, obteniendo siempre el emotivo sobresalto de su candorosa
sonrisa?
--¿Y tú, qué has leído ese el libro suyo, y ese otro...?
Todos fueron escritos a fuego y condimentados con el
cilicio fecundo de su pesada cruz.
--¿Y tú, como te digo, que has hecho ? ¿Qué hemos
hecho? ¿Que estamos haciendo con el
caudal fecundo de su rica doctrina? ¿Que estamos haciendo con su ejemplo?
--¿Para que nos sirve su dolor: para que todo eso? ¿Nos
sirve sólo para elaborar el estandarte de su santidad y crear el emblema con
los claros perfiles de un hombre de Dios? ¿o además? ¿Nos sirve también, y para
eso debe servir -fundamentalmente-, para adentrarnos, como él, por los caminos
de la entrega? ¿Nos sirve para coger cada día la Cruz y subir con Jesús los
múltiples peldaños de la vía dolorosa?
¿Tienes la estampa de Lolo? ¡Encomiéndate a él! ¡sé
perseverante en pedir! Pero ante todo no te olvides de seguir la estela
luminosa de su vida: tú vida junto a la suya brillará con luz resplandeciente
en el espléndido firmamento de nuestro Dios. ¡En Él, esta!: ¡la Majestad! ¡el
Señorío! ¡la Sublimidad! ¡el Cariño! ¡la Ternura! y como colofón: ¡El Amor!
Publicado en Boletín de Lolo 9 -- 1998