92 Lolo y Sánchez Caballero
Lolo es un personaje excepcional en el que brilla con especial
fuerza el aroma del amor a la vida, vida
ricamente fecundada por la semilla del
dolor. En Linares es un ejemplo vivo de seguimiento a Jesucristo, muchos son los
que animados por el aliento de su vida vibrante han entendido el signo de una
esperanza sobrecogedora, cautivadora y enriquecedora. Y entre ellos, entre
estos Linarenses que han descubierto en Lolo el esplendor de su valioso mensaje
está Juan Sánchez Caballero. Él, Juan, acaba
de pasar de la fugaz transitoriedad de
la vida presente, al gozo permanente de una Eternidad llena de Dios; y
allí, en el cielo, ya, se habrá encontrado con Lolo. Con Lolo su amigo, su
consejero, su brújula, su luz...
El cielo ya - además- cuenta con un nuevo cronista;
mientras que Linares llora su ausencia, la ausencia de su juglar Sánchez
Caballero y descubre el hueco que deja este hombre volcado en aportar siempre
algo nuevo a nuestras ricas tradiciones, a nuestra historia, a nuestro
patrimonio cultural y humano; el cielo - por el contrario- se enriquece con un nuevo cronista, que -allí-
escribirá a diario las maravillas de Dios, las maravillas de la Eternidad. Él:
Juan, con su sagacidad y acompañado del buen hacer de su gran amigo Lolo
deleitarán a Dios descubriendo esa anécdota, explicando ese detalle, relatando
ese hecho. Y Dios con Juan y con Lolo disfrutará, descubrirá, en ellos, la
realidad de la aventura del amor que hicieron vida con su vida ejemplar en la
tierra y se llenará de gozo comprobando las maravillas de su obra terrena.
Juan, lleno ya de la infinitud de lo permanente escribirá la obra y milagros de
Lolo y los presentará a Dios, para que Él mande con urgencia el llamamiento a
la tierra y Lolo sea colocado en la “peana” de la santidad que todos tanto
anhelamos.
Juan: querido Juan, no te duermas deleitándote en la
contemplación de la maravilla de esa tu nueva vida y ocúpate, también, de que
Lolo sea coronado en la tierra con la regia corona de ese santo galardón que
todos esperamos. Juan, en el cielo,
Linares necesita un cronista, y Lolo tu gran amigo necesita un narrador de sus
vivencias y un intercesor que acredite la bondad de sus acciones. Todos
contamos contigo, vivimos contigo, necesitamos que tú nos hagas llegar las
grandezas celestes de ese paraíso en el que vives. Por favor escribenos la
crónica inédita de la gran aventura que acabas de descubrir. El cielo te habrá
fascinado, ¿verdad? ¡Cuéntanoslo! Un
abrazo
Publicado en Diario JAÉN 20 - 12 - 1998