88 ¡Quiero descubrir tu primavera!
Lolo, quiero la primavera de vida entusiasta que tú me ofreces; quiero ver tu jardín y en él poder descubrir tu flor, tu rosa llena de hermosura, pero llena también, como no, de esas espinas que se clavan con fuerza en el alma: son las espinas de tu cruz. Quiero conocer el aroma embriagador de tu virtud, probar la sal cautivadora de tu cariño, compartir contigo el sabroso ingrediente de tu virtuosa esperanza. ¡Lolo, quiero! ¡Quiero de ti!: tu aceptación plena, tu libertad del alma, tu permanente gozo interior; quiero tu fidelidad, tu firmeza, tu constancia en el amor. Quiero esa "ceguera" tuya, desde la que descubriste la luz Quiero tu: "hágase", tu "Aquí estoy Señor porque me has llamado". Quiero Lolo descubrir contigo la aventura del dolor, la aventura de tu bondad, la aventura de la gracia, la aventura de la fe, la aventura de tu Dios. Quiero tu increíble capacidad de transformar el dolor en esperanza. Con tu ejemplo: Lolo, el mundo ha de cambiar de rumbo, las estrellas han de brillar más, el cielo tendrá que redoblar su hermosura. Porque tú, querido Lolo, has sido: brújula potente que nos orienta en el camino y amor espléndido que nos cautiva y llena de paz.
Publicada en Diario JAÉN 6 – 11 - 1998
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