76 JÓVENES Y FAMILIA
Cada final de curso los profesores
podemos comprobar, con estupor, el efecto negativo que produce sobre los jóvenes: las desavenencias
familias, las rupturas, los desajustes entre los padres, etc. Es por ese motivo
por el que me siento en el deber de escribir en defensa de una familia que
proteja, acoja y ofrezca al joven un lugar para el cariño, la comprensión y la
paz:
Siento una gran pena y amargura, además de incomprensión cuando escucho,
como hoy sin el menor escrúpulo algunos hablan de la familia como de algo
trasnochado, pasado de moda... ¿A esos les preguntaría: Quién es su padre, y
quien su madre? ¡Porque en algunos casos
a lo mejor en ellos esta la respuesta, para poder entender ese ataque a esa
institución, sin la cual la sociedad se
vaciaría de contenido y viviría el amargo éxodo hacia un apocalipsis
caótico.
Rupturas familiares |
"Les estoy hablando de la soledad
por la muerte de la pareja, o lo que a veces es peor, esa otra ausencia, cuando el amor se esfuma y
que conduce a situaciones agrias, a veces a escenas de violencia doméstica, y que conocemos con el
nombre de divorcio o simplemente separación, porque en verdad se separan los
cuerpos, pero también las almas, que
quedan tocadas para siempre por el mal terribles de la soledad, de la
desconfianza en el otro, con la terrible sospecha de que ya no vamos nunca a
tener cerca de nosotros esa mano amiga que apriete la nuestra en los momentos
de desánimo...”
Y a continuación dice:
“Porque, hay que decirlo a voces, somos nosotros, los que tenemos la paz de
espíritu de disfrutar de una familia integra, no atacada todavía por la
desaparición de un miembro o el cáncer del desamor, los que tenemos que tender
nuestro pañuelo para enjugar sus lágrimas, elegir nuestra mejor sonrisa para
alegrar los entresijos de tanta gente que hace ya años cerró sus puertas a la
alegría. Somos los que lo atesoramos los que debemos colmar de amor a los que
un día les fue arrebatado por una u otra circunstancia”.
El S. Buendía ha entendido la aguda
crudeza de un problema grave y nos estimula para la búsqueda de soluciones,
poniendo en ello el alma, ¡toda el alma!
Gracias Señor Buendía el ejemplo que nos transmite es un bien de incalculable
valor.
Publicada en Diario JAÉN 16 -
7 - 1998