61  UN MONUMENTO A LA VIDA  

Parque de Doña Luci      Linares
En Linares, un 13 de Dic. de 1997, le han dado nombre a unos jardines. Se ha elegido el nombre de una mujer, de una gran mujer, que  ha trabajado y entregado su vida a la noble causa de alentar, defender, custodiar y crear el hábitat apropiado para que la vida del ser humano –siempre- sea posible. Ella comadrona de profesión ayudó a nacer a cerca de 40.000 niños, a ellos les dió –no solo-- la vida, sino el aliento, el estímulo, la dulzura y el vibrante empuje de su ternura.

        La vida de Luci, indiscutiblemente, fue fecunda en el amor. Ella abrió sus manos y dejo que el inmenso caudal de los dones de Dios llegaran a ellas -para de ellas- obtener con la gran capacidad que tenía para hacerlos fructificar numerosos tesoros de la vida, de paz, de alegría, de luz.

        Se podría decir que junto al monumento tan preciado que para los linarenses es el Santuario , monumento a la Madre Celestial: a la querida, a la entrañable y amada Virgen de Linarejos; el pueblo ha querido ese otro monumento a esa otra madre, que además de entregar en múltiples ocasiones el fruto de sus propias entrañas, entregó a Linares: su concepto vitalista de la vida, su capacidad de amar, su generosa disponibilidad, su sello peculiar que la distinguía como ser ejemplar.

        La ciudad de Linares de nuevo ha acertado y ha colocado en un bello jardín, una bella flor; en un bello lugar, un monumento emblemático, en un lugar lleno de encanto, de embrujo, el embrujo lleno de vida de una bella mujer; en un lugar de enamoramiento, de poesía, del romance juvenil de los que ven florecer su primer amor, Linares ha sabido poner en honor a Luci, en homenaje a su buen hacer: un pedestal, una placa, un gesto, una muestra de gratitud, un algo singular, un canto a la vida.



Publicado en Diario JAÉN    12 del 12 de 1997
              ABC (Sevilla)      26 del 12 de 1997