59 .ABORTO
Y CIENCIA.
En un diario del día 8 - Septiembre - 97 y en una de las cartas al
Director, Margarita Fraga Iribarne escribe una carta emotiva para los que como
yo amamos la vida, el titulo “Doctor Lejeune” llena en si ya, el alma de
esperanza.
Lejeune, famoso genetista, fue
entre otras cosas --porque grandes fueron sus logros en el campo de la
investigación-- un defensor de la vida humana, consiguiendo importantes avances
hasta demostrar que el ser humano existe ya perfectamente constituido en el vientre
de la madre. Fue una personalidad insigne, de gran talla científica.
Pues bien, en su ultimo viaje
a París con motivo de las Jornadas Mundiales de la Juventud, Juan Pablo II
visito la tumba del que fue su amigo y eminente Doctor y esto en determinados
sectores --mal llamados progresistas-- cayo mal, se tacho de improcedente. Y es
que los defensores de la cultura de la muerte: los egoístas, para los que el
placer esta por encima de todo, no paran en su afán de destruir la obra de los
que --desde la óptica de Dios, pensamos que la dignidad del hombre en toda
situación tiene que estar a salvo, y que el ser humano no puede estar
supeditado a la mediocridad moral de hombres que egoístamente claudican ante
las garras de un placer que les oprime y les esclaviza.
A la Madre Teresa de Calcuta,
que ha llenado de esperanza este final de siglo, también se le ha criticado
duramente por optar claramente por la vida y atacar el brutal atentado del
aborto. Y en un articulo aparecido en el Diario Mundo denominado “ Mito controvertido”
se le ha tratado injustamente, simplemente, porque ha manifestado siempre con
fuerza su condición de amante incondicional de la vida, ella “gritaba” con garra : “ No los matéis,
dejádmelos a mi “. Todo un testimonio,
todo un ejemplo. Juan Pablo, Madre Teresa gracias, no podemos parar hasta
conseguir la consecución de tan alto objetivo, no podemos dejar paso a la cruel
muerte de la pura y blanca inocencia.
Publicado en
Diario JAÉN- 2-10-97
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