530. Y el cielo: ¿Qué será?

530.   Y el cielo: ¿Qué será?

…En ese Cielo, donde Cristo mismo enjugará las lágrimas de nuestros ojos y donde no habrá muerte, ni llanto, ni gritos de fatiga, porque el mundo viejo ya habrá terminado…
Estas palabras de San Josemaría me van a servir de preámbulo:
·        Para ayudaros a que atravesemos  velozmente, pero sin miedo y con sosiego, el oscuro túnel de la muerte.
·        Y también para ayudaros, modestamente, a que se nos abra de inmediato la puerta de la luminosa y cautivadora eternidad.
Esa eternidad que a Dios pertenece y que, por la plenitud de su amor, nos entrega y regala: ¡Para siempre! ¡Para siempre! ¡Para siempre!
¿Y el cielo?:
El cielo será un vergel, un manantial inagotable de incomparable  belleza y hermosura:
·        Allí viviremos con una felicidad indescriptible e inimaginable.
Todo será:
Una sorprendente sorpresa, un grato deleite, una fiesta.
El cielo será una feria en donde se juega con la distracción, con la fantasía, con la emotividad, con la animosidad, con el esplendor, con la luz, con el color y con la fiesta
El cielo será la verdad y el bien:
·        Sin fisuras, sin enmiendas, sin retoques …
El cielo será un claro horizonte azul, nítido y transparente.
El cielo será un inmenso cosmos:
·        En donde Dios, plácidamente, se deleita con nosotros, juega con nosotros.
El cielo será un ir y venir continuo de estrellas galácticas:
·        Estrellas brillantes e inmensamente atractivas.
El cielo será el tesoro de las emociones y el desván de lo desconocido.
El cielo será el colofón de un festín exquisitamente delicioso.
El cielo será una grata maravilla:
·        ¡Y ello! En un inmenso mar repleto y rebosante de esperanzas.
El cielo será el árbol de la vida, el celestial Edén:
·        Sera el gratificante paraíso de las infinitas y eternas promesas.
El cielo será la naturaleza en flor y la vida en su máximo esplendor.
El cielo será la lenta y reconfortante felicidad de esa pasión amorosa desbordante que es vivida intensamente, pero a su vez:
·        Pausadamente, delicadamente, tiernamente, deliciosamente y sosegadamente.
El cielo será el libro de la ilusión:
·        Y en él estará el álbum de las sorpresas.
Y junto a él contemplaras el espejo de la grata belleza.
El cielo será la plena felicidad:
·        Y será en un paisaje inimaginable y sorprendentemente sobrecogedor.
El cielo será el descanso del alma, la relajación total y absoluta, la paz:
·        Allí se vivirán las virtudes de tal manera que estaremos continuamente palpando la felicidad y el bien:
Allí se vivirá la delicadeza, la ternura, la amabilidad, el cariño, la cordialidad, la convivencia, la generosidad, la sencillez, la mansedumbre, la humildad, la bondad, la plena donación, la nobleza, la simpatía, la alegría, la felicidad, la dicha, la hospitalidad, la coherencia, la naturalidad, la honorabilidad, el civismo; y por supuesto el amor y la caridad y la justicia y la solidaridad; y todo en grado pleno y absoluto: sin fisuras, sin ambigüedades, sin interpretaciones torcidas, sin medias verdades, sin odios, sin rencores, sin murmuraciones inaceptables.
El cielo es Dios que nos abraza, que nos consuela, que nos alienta:
·        Es Dios que nos habla, y que nos escucha; y siempre con esmerada atención y fluido cariño.
El cielo es Dios: que nos mira y contempla.
·        Es Dios que nos contempla y mira.
El cielo es Dios en su bondadosa, atrayente e inconmensurable y plena inmensidad.

Publicada en DIARIO DE ÁVILA Digital   12 de septiembre de 2017


Publicada en Diario JAÉN    16 de septiembre de 2017