492 Las: “Cuatro cosas viejas” de Mao.
Templos saqueados, curas
torturados y ejecutados, fieles deportados...
Así fue la persecución contra
los católicos durante la Revolución Cultural china de hace 50 años
Para las religiones y para la
Iglesia Católica fueron los años de la persecución más violenta y la mayor supresión
de su presencia allí.
La Revolución Cultural en la
China maoísta se presentó como una renovación para purgar a la China comunista
de sus viejos cuadros y poner al mando una nueva generación de líderes más
comprometidos y convencidos del ideario socialista maoísta.
“Los diez años de catástrofe”
Así llamaron, las actuales autoridades comunistas en China, a esta época de
persecución y represión.
Al cumplirse el 50º
aniversario, la agencia misionera AsiaNews
recoge algunos testimonios y datos de la persecución específica contra
los católicos en ese periodo, que empezó en 1966.
Es difícil encontrar datos,
porque en esta época ya no había misioneros extranjeros en el país que pudieran
informar y mucha documentación fue destruida.
Qué y cuánto han sufrido los
católicos chinos durante la Revolución Cultural es un tema que no ha estado muy
documentado. Hay muchos más informes sobre la persecución durante el período de
los años 50.
La razón es que los
documentos de la "catástrofe" fueron quemados o permanecen enterrados
en los archivos. Y hace poco, sólo unas pocas víctimas se han atrevido a hablar
de ello.
Con la Circular del 16 de
mayo de 1966. Mao Zedong o Mao Tse-tung.
Hunan, China, 1893 - Pekín, 1976. Político y estadista chino. Lanzó la lucha
política contra sus enemigos a los que llamó:
·
"Monstruos y
demonios"
Y eran todos aquellos que se
opusieron al control del partido y a la ideología comunista:
·
“Los
intelectuales, los ricos, los propietarios de tierras, los contrarrevolucionarios
y los seguidores de las diversas religiones”.
Después del editorial del Diario
del Pueblo del 1 de junio, titulado:
·
"Barrer
todos los monstruos y demonios"
Los Guardias Rojos lanzaron
una violenta campaña para perseguir y detener a todos los miembros de estas
categorías.
Luego siguió la campaña de
erradicación de las: “Cuatro cosas viejas”:
·
Las costumbres.
·
Las tradiciones.
·
La cultura.
·
El pensamiento.
Se reiteró esta directiva en
la gran manifestación de los Guardias Rojos en la plaza de Tiananmen el 18 de
agosto, celebrada con el pleno apoyo de Mao Zedong:
·
Desde entonces,
los Guardias Rojos aumentan sus ataques.
Los seguidores de las religiones se convierten en uno
de sus principales objetivos.
En el punto de mira:
·
Los cristianos en
particular; que son considerados de inmediato: “Enemigos del pueblo”. Y además
son sospechosos de actividades contrarrevolucionarias.
·
Las iglesias, que
son despojadas de todo y dañadas; y se utilizan como almacenes, fábricas o
casas y si no son demolidas.
·
Las estatuas,
vestimentas, artículos religiosos y libros, todo se quema.
Los creyentes comunes son
conducidos fuera de su casa, exhibidos por las calles con altos sombreros
cilíndricos en la cabeza en los que están escritos sus crímenes.
Los envían a vivir en locales
miserables o en cabañas, mientras que los perseguidores roban todo lo que
quieren y destruyen y queman los ornamentos.
Muchos sufren una muerte
miserable. Obispos, sacerdotes y monjas, incluso los "patrióticos"
que aún operan oficialmente, son detenidos, insultados y condenados a campos de
trabajo forzado o prisión.
En Baoding (Hebei), Guardias
Rojos de la escuela secundaria asaltan la catedral:
·
“Llevan todos los
artículos religiosos a la plaza y les prenden fuego”.
A continuación, sacerdotes y
monjas son puestos violentamente alrededor de la pira.
El P. Antonio Li Daoning
dice: “Somos patriotas”.
Y le contestan: “Te apaleamos
como patriota”.
A continuación:
·
“Le golpean tan
fuerte que cae desmayado y lo arrojan al fuego”.
Otra víctima:
·
“La hermana Zhang
Ergu, que es apaleada hasta la muerte porque se negó a pisotear una imagen de
la Virgen”.
En otro caso similar, en una
iglesia del norte de Henan:
·
“Acercan a un
sacerdote a la hoguera quemándole los pies: Muere dos días después, en su casa”.
En junio de 1966, el obispo
Xi Minyuan es detenido y encarcelado acusado de actividades y relaciones con
extranjeros anti-revolucionarios:
·
“Muere en la
cárcel”.
En Kaifeng, los Guardias
Rojos:
·
“Llevan atada a
la hermana Wang Qian por la calle y luego la sepultan viva”.
Más casos de violencia.
El sinólogo Anthony Clark
informa visitando la iglesia del Salvador (Beitang) en Beijing:
·
“Notó que un
jardinero cuidaba de manera especial un lugar cerca de un árbol de la plaza.
Cuando le preguntó, el jardinero le confió que en el verano de 1966, un grupo
de Guardias Rojos atacaron un anciano sacerdote, lo ataron y lo obligaron a arrodillarse
y declarar que renunciaba a su fe. Como se negó, lo golpearon hasta la muerte y
lo enterraron en ese lugar”.
En Taiyuan, el P. Wang Shiwei:
·
“Fue detenido,
golpeado y encarcelado, atado y encadenado de una forma que ni siquiera podía
tumbarse. Después de la tortura, el 15 de febrero de 1970 lo sacaron de la
celda y lo fusilaron”.
El 24 de agosto de 1966, las
últimas siete monjas extranjeras con otras monjas chinas que administran la
Escuela Católica del Sagrado Corazón para los niños del cuerpo diplomático en
Beijing, son atacadas y golpeadas por los Guardias Rojos:
·
“A una de ellas
la golpean tan fuerte en la cara que casi le arrancan los ojos. Al día
siguiente, las extranjeras son expulsadas del país y las chinas condenadas a 20
años de prisión”.
El viaje desde Pekín a Hong
Kong es agotador:
·
“Sor Molly
O´Sullivan, alcanzó Lowu agotada por la fiebre. Los guardias la arrojaron sobre
un carro que empujan las hermanas a través del puente. En Hong Kong la llevaron
de inmediato al hospital, pero murió al día siguiente”.
Una auténtica masacre.
Para los católicos que ya
estaban en prisión o campos de trabajos forzados en los años 50, el período de
la Revolución Cultural se convirtió en una pesadilla terrible, porque se les
sometió a interrogatorios, ataques en los procesos públicos, insultos, golpes y
violencia.
Algunos sobrevivientes han
publicado sus memorias:
Mons. Dominic Deng Yiming, el
P. Francis Tan Tiande, P. John Huang Yongmu, P. Li Chang, Margaret Chu, José I,
John Liao y Teresa Mo, etc.
Muchas más tragedias y
sacrificios sufrieron los católicos chinos
durante la Revolución Cultural que aún permanecen ocultos en el corazón
de las víctimas y perseguidores.
Pocos han tenido el valor de
confesar y pedir perdón; la mayoría no sienten la necesidad o quieren olvidar.
Muchas de las víctimas y sus
conocidos no se atreven a hablar por miedo.
Un cura explica:
·
“Hablando desde
el corazón, no puedo expresar lo que siento cuando recuerdo este momento de
gran sufrimiento, ya que en las condiciones actuales de la Iglesia tal
situación no ha terminado todavía. Tal vez la amenaza a la fe es hoy más sutil,
pero más profunda que en generaciones pasadas. Debemos orar al Señor que nos
fortalezca y nos dé la fuerza para continuar dando testimonio de la fe en
nuestro Salvador”.
Fuente:
Religión en Libertad
Publicada en “Cartas al
Director, Tu voz en la red” Digital 23
de junio 2016
Publicada en DIARIO DE AVILA
Digital 1 de julio de 2016