383 Discurso de Navidad del rey Felipe VI
El primer
discurso de Navidad del rey Felipe VI creo que merece un breve análisis
teniendo en cuenta los tiempos difíciles en que España vive.
Juan
Carlos I en los últimos años se especializó, a mi entender, en un tipo de
discurso anodino e insustancial sin empeño ni compromiso decidido en resolver
nada. Algún periodista comenta:
“Pero
además el discurso gustó porque supera a los de su padre, Juan Carlos I. Seamos
sinceros: los discursos de Juan Carlos eran de plástico”.
Mi opinión es que el comienzo del discurso del rey Felipe VI tiene
garra y deseos de llegar al corazón de todos los españoles, dice así:
“Un
momento que es, sobre todo, de cercanía y de reencuentro; un momento:
o
Para
aproximarnos.
o
Para
mirarnos con la voluntad y el deseo de entendernos.
o
Para
transmitir a las personas que nos rodean nuestros mejores sentimientos:
ü
De
afecto
ü
De
paz.
ü
Y
de alegría”.
En estos
primeros párrafos, en un lenguaje llano y cercano, el rey nos habla:
o
De
deseos de entendimiento.
o
De
aproximación.
o
De
afecto…
Y con ello
pienso y entiendo que quiere dar a entender la autenticidad de involucrarse y
aproximarse a los problemas y a la realidad de todos los ciudadanos; realidad
cruda y difícil en muchos casos.
El monarca
sigue diciendo:
“Estamos
viviendo tiempos complejos y difíciles para muchos ciudadanos y para España en
general.
La dureza
y duración de la crisis económica produce en muchas familias incertidumbre por
su futuro.
La
importancia de algunos de nuestros problemas políticos genera inquietud.
Y las
conductas que se alejan del comportamiento que cabe esperar de un servidor
público, provocan, con toda razón, indignación y desencanto.
Los
problemas que he mencionado han dado lugar a una seria preocupación social.
Sin
embargo, no debemos dejarnos vencer por:
o
El
pesimismo.
o
El
malestar social.
o
O
por el desánimo.
Sino
afrontar con firmeza y eficacia las causas de esos problemas, resolverlos y
recuperar el sosiego y la serenidad que requiere y merece una sociedad
democrática como la nuestra”.
En esta
parte del discurso el rey nos habla de afrontar con firmeza y eficacia las
causas de los problemas y resolverlos para recuperar la paz y el sosiego.
Este
comentario me parece profundo y entiendo que en él hay un propósito por su
parte de afrontar con decisión y valentía los problemas en los que está inmerso
actualmente nuestro país.
No sé en
lo que podrán acabar estos deseos de Felipe VI, pero visto desde su atenta
lectura parece que no es lo mismo de siempre:
<<Entiendo
personalmente que hay por su parte una visión nueva y un compromiso más decidido
y realista>>.
En el
párrafo siguiente el rey ahonda aún más en la problemática en la que vivimos y
habla:
o
De
regeneración.
o
De
valores cívicos.
o
De
principios éticos.
o
De
referencias morales.
Y dice:
“El pasado
mes de octubre afirmé en Asturias que necesitábamos referencias morales a las
que admirar, principios éticos que reconocer, valores cívicos que preservar.
Decía, entonces, que necesitábamos un gran impulso moral colectivo. Y quiero
añadir ahora que necesitamos una profunda regeneración de nuestra vida
colectiva. Y en esa tarea, la lucha contra la corrupción es un objetivo
irrenunciable”.
Las
palabras siguientes del monarca indican con claridad la disponibilidad por su
parte de afrontar la realidad sin evadirse de las situaciones comprometidas:
“Los
ciudadanos necesitan estar seguros de que el dinero público se administra para
los fines legalmente previstos; que no existen tratos de favor por ocupar una
responsabilidad pública; que desempeñar un cargo público no sea un medio para
aprovecharse o enriquecerse; que no se empañe nuestro prestigio y buena imagen
en el mundo”.
Y por
último quiero hacer mención este párrafo en el que se menciona:
o
La
honestidad.
o
La
transparencia.
o
La
limpieza…
o
Y
cortar de raíz la corrupción.
Y dice:
“Pocos
temas como éste suscitan una opinión tan unánime. Debemos cortar de raíz y sin
contemplaciones la corrupción. La honestidad de los servidores públicos es un
pilar básico de nuestra convivencia en una España que todos queremos sana,
limpia”.
En
todo esto creo que estamos de acuerdo, solo hace falta que para 2015 este
discurso sea una realidad en la vida y obra de Felipe VI y de una gran mayoría
de españoles.
Publicada en DIARIO DE AVILA Digital 2 enero de 2015
Publicada en DIARIO DE AVILA Digital 2 enero de 2015
Publicada en “Cartas al Director,
Tu voz en la red” Digital 1 enero de 2015
Publicada
en Diario JAÉN 5 enero de 2015