72 Bondad,
amor, solidaridad y cariño
Hoy y
siempre, todo se ha de construir sobre una base sólida, e incluso y aún más las
creencias, que hay que cimentarlas sobre pilares bien robustos y firmes. En
este tiempo, por ejemplo, se da la paradoja de cristianos que frecuentan los sacramentos,
pero: que no son respetuosos, que no son tolerantes y que además desprecian a
los demás y son egoístas. En estos casos lamentables ciertamente falla lo
elemental: “no se pueden vivir las virtudes cristianas si no se viven las
virtudes humanas”. Es como construir la casa poniendo primero la antena
parabólica. Los cristianos, a veces, damos un triste espectáculo cuando no ahondamos
en las raíces de nuestra fe y vamos dando tumbos, haciendo prácticas cristianas
pero olvidándonos del amor que es el fin de nuestra vida. Los mandamientos de
la doctrina cristiana nos dicen que todo se reduce a: “Amar a Dios sobre todas
las cosas y al prójimo como a nosotros mismos”. Por lo tanto está claro que es fundamental
que nos ejercitemos en el amor, que vivamos del amor y por el amor y para el
amor.
Que veamos
en todo lo que hacemos una posibilidad de vivir en el amor. Por ejemplo tenemos
que ser siempre: comprensivos, tolerantes, cariñosos, delicados, respetuosos,
justos … y todo esto está ligado para poder vivir unidos y: por, y para los
demás.
También
tenemos que ser ejemplares en nuestro trabajo para que a través de él podamos
servir a los demás, nuestro trabajo nunca puede ser una chapuza.
Siempre es
prioritario y muy importante ser generosos con nuestro tiempo, para participar
en la medida de nuestras posibilidades en actividades solidarias: “Hay mucho
por hacer”; además tenemos que tener en cuenta que el tiempo es un tesoro que
Dios nos ha dado para que lo aprovechemos, por lo tanto quiere decir que si lo
perdemos o lo malgastamos Dios lógicamente estará descontento con nosotros.
Tenemos cada
día, y en cada detalle, que aprender a dar generosamente y que aprender a no
ser avariciosos y no poseer tesoros personales que no estén puestos generosamente
al servicio y a disposición de todos. Si queremos podemos ser “pobres de
espíritu”, señores de la creación, y así, con la aportación de todos, saldremos
toda la humanidad adelante y podremos acabar prontamente con el hambre y la
pobreza.
No podemos
tampoco considerarnos más que los demás, el orgullo tenemos que dejarlo fuera
de nuestra vida y coger el testigo de la sencillez y de la naturalidad. No podemos
considerarnos superiores, ni buscar el poder para estar por encima. Esto al
final no produce nada más que tristeza.
La
mansedumbre de Jesús nos puede servir para caminar siempre por los senderos del
bien. Ser honrados y ser leales siempre a los principios trascendentes que han
de regir nuestra vida también forma parte de nuestro ser auténticos.
También la
perseverancia forma parte esencial del ejercicio continuo de la virtud. Jesús
dice: “con vuestra perseverancia salvareis vuestras almas” hemos de luchar para
conseguir estar siempre alerta.
Y todo esto
es muy importante porque: los demás quieren estar con nosotros; los demás nos
esperan; los demás nos necesitan; los demás nos buscan, para junto a nosotros
encontrar quizás un atisbo de felicidad con la cual poder salir adelante por el
camino a veces difícil y arduo de la vida.
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 5 de abril de 2014
Publicada en DIARIO DE AVILA Digital 5
de abril de 2014
Publicado en
Forumlibertas.com 9 de abril
de 2014