38 “Es buena gente, es una tía enrolla”
¡A ti que te importa!
El otro día,
un amigo mío, le pregunto a su hijo, de 21 años, sobre
la chica con la que estaba saliendo, como pareja, desde hace algún
tiempo, ella tiene 20 años. Mi amigo interesado preguntó sobre las cualidades que
tenía, pues la relación parecía que iba
en serio, y el chico contesto a la pregunta del padre: “mi pareja es buena
gente”. El padre no salía de su asombro por la magnitud y lo conciso de la respuesta y
algo nervioso se preguntó a si mismo: ¿y esto que significa? ¿Qué me
habrá querido decir? y volvió a preguntar a su hijo, pues le pareció muy pobre
la respuesta: “y eso hijo qué significa, dime algo más: de cómo piensa, de lo
que siente, a lo que se dedica…”; y el hijo, con cierto aire de enfado, le dijo:
“no me ralles” pero le volvió a responder,
aunque esta vez mas “aireadamente y algo mosqueado”: “sé que es una tía
enrolla” y el padre, de nuevo, al borde del derrumbamiento y con aire
suplicante contestó: “hijo no sabes mas” ¿por favor hijo :no sabes más? pero no contento con la ambigüedad de sus
contestaciones, le dijo al hijo, pero bueno:”¿a qué se dedica? ¿Con quién vive?
¿Qué valores tiene? ¿Qué ideales tiene? ¿Cómo son sus experiencias de vida?
¿Qué piensa de las realidades de cada día? ¿Quiénes son los líderes de su vida?
¿Qué piensa: de religión, de la familia, de sus padres, de su vocación
profesional, de sus amigos? ¿Qué sabe hacer? ¿Tiene vicios? ¿Tiene buenas o
malas compañías? ¿Quiere tener hijos? ¿Le caemos bien?” Y el hijo malhumorado
por el interrogatorio de su padre le dice: “y todo eso qué más da” lo
importante es que a mí me gusta y que estoy bien con ella, y además: “a ti que
te importa”. Pues si eres padre o madre
ya sabes: “a ti que te importa” y no preguntes mas pues el diálogo se puede
enturbiar y todo puede acabar violentamente; nos tenemos que acostumbrar pues
por desgracia ese es el hábitat de la comunicación actualmente. En algunos
casos cuatro pelijas ingeniosos y sin ideas movilizan sus vidas y ellos a la
vanguardia de la moda, con ruidos y más ruidos: ¡se entusiasman, vibran, enloquecen…
! Y por lo demás, al menos aparentemente, todo vacío; vacío de ideas: el alma y
el cuerpo; y, vacío dentro del vacío, pero parece que son felices, aunque: ¿Cuál
es su vida? ¿Cuál es su trascendencia? ¿Cuál es el motor para caminar? ¿Qué les
hemos enseñado? ¿Dónde queda todo? Quizás, ellos y ellas, no han encontrado
nada en nuestras vidas para seguir nuestro ejemplo. ¿Quizás estén asqueados de
nuestra falsedad o de nuestro egoísmo o de nuestra vida rutinaria y también a
lo mejor vacía? Lo cierto es que la relación entre padres/madres e hijos en
muchas ocasiones es poco dialogante, hay un muro generacional inmenso
posiblemente proporcionado por el avance descomunal de las nuevas tecnologías y
por el desconcierto ideológico y moral que impera actualmente. Pero lo nuestro
como padres/madres es seguir buscando: el encuentro, el diálogo, la armonía y
la paz, y no césar; aunque el intento se presente arduo y difícil. Pero lo
difícil siempre es, y ha sido, difícil; pero así, difícil como es, hay que
afrontarlo.
Publicada
en “Cartas al Director, Tu voz en la red” Digital 17 de enero de 2014
Publicada
en Diario LA REGIÓN de Ourense Digital 3 de febrero de 2014
Publicada en Diario Atlántico.
Vigo. Digital 6 de febrero de 2014