25 Oración y cariño
En el
Santuario de la Virgen de la Cabeza de Andújar,
Jaén, cada sábado
y domingo se congregan cientos de peregrinos que quieren de nuevo renovar su
devoción a la Señora.
Como andaluz me gusta la devoción
bullanguera, callejera y ruidosa; pero como cristiano me gusta también la
devoción callada, personal e íntima. Deberíamos procurar aunar las dos
realidades. De nada vale el folklore si no va acompañado de la oración íntima,
de nada vale el airear el nombre de la Señora de la Cabeza si después llevamos
una vida alejada de Jesucristo. No es posible vivir cerca de la Madre si no
vivimos cerca también del mensaje exigente pero alentador de Jesucristo Señor
nuestro.
Entre otras cosas, por ejemplo, el
rezo del Santo Rosario debe de aparecer
de nuevo, con más pujanza, en la vida del cristiano. El Santo Rosario que ha
sido siempre un instrumento eficaz para dialogar con la Virgen hoy está un poco
en desuso. Se debería volver a revalorizar esta costumbre que tanto nos
aconseja la Iglesia. El rezó del Ángelus, a las doce de la mañana, debería
nuevamente de practicarse como costumbre diaria. Pues estas no son devociones de antaño, son
devociones de siempre que hoy por
desgracia han perdido fuerza y vigor.
Junto a la fuerza de la oración, también
la Virgen de la Cabeza quiere de nosotros, el ejemplo de una vida: dedicada al
seguimiento de Jesucristo y dedicada también a la ayuda del prójimo más
necesitado; los enfermos, los ancianos, los niños, los pobres, los marginados;
todos ellos son predilectos de la Virgen y por tanto deben de ocupar un lugar
preferente en nuestros corazones marianos.
Aquí tenemos un panorama vivo y
atractivo: oración y obras; devoción y ejemplo. Si vivimos así la Virgen nos
guiara y será nuestra protectora. Virgen de la Cabeza, ruega por nosotros.
Señora y Madre, protégenos.
Publicada en “Cartas al Director, Tu
voz en la red” Digital 21 de diciembre de 2013