2 Un Papa con un
amor vibrante.
Acabo de ver en televisión unos comentarios del cardenal
emérito de Sevilla: Carlos Amigo Vallejo sobre algunos libros que se están publicando
sobre el Papa Francisco y durante esa entrevista Carlos Amigo habla de la
figura cercana, ejemplar y humanamente atractiva del nuevo Papa. Y en el
comienzo del comentario hace referencia a la opinión de como todos ven en este Papa una figura:
singular, apasionada, enamorada; de un
Papa tremendamente cercano, y relata Carlos Amigo el comentario de un musulmán que
entusiasmado dice: " pero que Papa tenemos" y Carlos amigo le dijo
amablemente: "no hombre el papa es de los católicos" Ciertamente es
sólo de los católicos, pero por ser representante de Jesucristo en la tierra
pertenece a toda la humanidad. Todos pueden recibir las aguas cristalinas que
emanan de la única Iglesia católica y universal y de su Pastor Supremo Jesucristo.
Jesucristo es un pastor tan sensibilizado por el amor que sin ningún tipo de
dudas: " siempre huele a oveja" y siempre, siempre lleva las ovejas
al encuentro de los verdes y ricos pastos.
Una de las grandes bondades de este Papa es la de ser un
Papa que no habla sólo a los teólogos, filósofos, intelectuales y sabios, sino que habla de una manera clara; la
doctrina del nuevo pontífice es la misma de siempre, pero no así el lenguaje,
no así las formas, no así la llamada; una llamada que nos llega directamente al
corazón. El papa Francisco es el Papa de los gestos entrañables, el Papa del
cariño, el Papa del amor vivido: del amor que llega a lo más hondo. Me ha
parecido ver un titular de un libro suyo que se llama: “El amor es lo único que
salva” quizás aún no nos hemos enterado de que el resumen de los mandamientos
se centra en el amor a Dios y el amor al prójimo y es bueno que para entender
bien esto nos vayamos adentrando en ese: “Dios de la Divina misericordia” cuya
figura tan gráficamente nos dejó nuestro querido y entrañable también Papa Juan Pablo II. En Muchas ocasiones cuidamos
muy bien las cosas importantes y eso no solamente es bueno sino que es muy
bueno, pero no nos podemos olvidar de lo muy, muy importante y ese muy, muy
importante es el amor: el amor que Dios nos tiene y el amor que debemos a Dios
y a los demás. Jesucristo ya criticó duramente el rigor en el cumplimiento de
las normas del pueblo Judío, pues los judíos se olvidaron de la esencia y
descuidaron el amor. De todas maneras, el amor no significa inexistencia de:
normas y costumbres, de leyes, de mandamientos, significa que en nuestra vida
tienen que ir al unísono: una y otra cosa, y que todo aún lo superficial debe
de estar encaminado al amor, un amor con mayúscula, un amor cercano, un amor
que se paladea, que se respira, que se adentra por la piel hasta sensibilizar
nuestro corazón. No podemos tener un amor: frío, calculador, científico;
tenemos que tener un amor: vibrante, emocionado, lleno de sensaciones; un amor:
que contagie, que llegue a los demás. Necesitamos: ternura en el amor,
cercanía, entusiasmo. Nuestro amor significa: darnos en todo y del todo, darnos
hasta llegar a la cúspide del amor, entregándonos si es necesario a la
sublimidad de una cruz en la que lo entregaríamos todo. Jesucristo no escatimó,
no escatimó en el amor y nos mostró ese amor con: ejemplos, vivencias,
trabajos, detalles, milagros, actitudes, palabras, etc. Y al final la cruz. Supo vivir con todos para dar la vida a todos.
Jesucristo, seguro que con voz vibrante y entusiasmada, dijo a aquella gente:
" He venido a que tengan vida y la tengan en abundancia". Como lo del
Papa Francisco que no sólo huele a
pasto, sino a rico y sabroso pasto; en resumen huele a: pasto y pastor, oveja,
amor y vida.
Publicado en Forumlibertas.com 7 de octubre de 2013
Publicada en LA TRIBUNA DE TOLEDO Digital 13 de octubre de 2013
Publicada
en Diario LA REGIÓN de Ourense Digital 16 de octubre de 2013

07/10/2013 - Cartas de los lectores
El Papa Francisco
Rafael Gutiérrez Amaro
