125 Juventud, salud y deporte.
Es cierto que la sociedad
actual hace grandes esfuerzos para fomentar la práctica del deporte. Y esto, es
muy bueno, porque el deporte ha de ocupar un lugar fundamental en nuestras
vidas, ya que la salud del cuerpo y del
alma depende en gran parte de ello. Un punto de referencia claro de la salud de
un niño/a y de un/una joven viene preferentemente dado por su actitud: ante el
deporte, ante la naturaleza, ante el
aire puro de nuestros campos.
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Muchos jóvenes ocupan su tiempo libre en diversiones estériles y perniciosas. |
El deporte nos aleja de los
vicios y nos dispone el alma para poder
disfrutar de los valores materiales y espirituales. El ser humano necesita del
aire puro, del contacto con la naturaleza, para desarrollarse en perfecta
armonía. Y es desde esta perspectiva, desde esta vivencia saludable, desde
donde es más fácil el encuentro con la trascendencia, el encuentro con valores
espirituales de los que se obtiene el equilibrio y la paz.
Por eso es por lo que da pena
ver cómo hoy muchos jóvenes ocupan su tiempo libre en diversiones
estériles y perniciosas. Una discoteca: por ejemplo, es un lugar en donde
habitualmente se “juega” con la salud y en donde es fácil que el joven quede
aprisionado por unas costumbres y un estilo de vida pernicioso: física y
psíquicamente.
El alcohol, el tabaco, la
droga, el sexo como vicio, la música estridente, la oscuridad desmedida, el
ambiente irrespirable, son elementos de los que forman parte la vida de muchos
jóvenes de hoy, y esta claro que en este hábitat: los ideales sobran, la convivencia se desvirtúa, la salud se
deteriora, el estudio y el trabajo cansan en exceso, los demás ocupan un lugar
en nuestra vida en función del placer que nos proporcionan. Toda la belleza en
el panorama de nuestra vida: peligra.
Es conveniente por lo tanto
conseguir que el deporte forme parte de nuestra cultura, desde que nacemos.
Todos debemos conseguir que la sociedad se impregne de esta realidad y de que
el deporte ocupe un lugar de preferencia en nuestras vidas. Podemos hacer que
la belleza de esta práctica cale en la sensibilidad de los niños y de los
jóvenes fundamentalmente. Y ellos sepan
dar a esta actividad la adecuada valoración. Con ello, toda la sociedad se
enriquece, por qué a partir de ahí la dignidad del ser humano es más asequible,
la nobleza en las costumbres más cercana, la consecución de ideales más
efectiva: ¡Y todo a través del deporte!
El deporte es un gran medio
para alcanzar grandes fines:
¡Practícalo! ¡Disfrútalo! ¡Enséñalo! ¡Vívelo!...
Publicado en Diario JAÉN
15 - 11 - 1999
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