73 "HOY, SE CASAN MIS NUEVOS PADRES".
El escenario una clase de 3º de ESO del I.E.S Reyes
de España de Linares, protagonista un joven de 14 años, el comentario:
"Hoy se casan mis nuevos padres". Este fue el hecho, del cual quede
sorprendido. Y yo, en este escenario era el profesor de matemáticas, y quede
sorprendido porque sentí una gran desolación, un fuerte impacto emotivo. Sentí,
lo que supone: para la sociedad, para el ser humano, para el niño, la triste
ruptura de algo tremendamente estable.
La alegría del hogar |
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1º.- Porque para mí, y pienso que para muchos, ¡una madre!:
es ¡una madre! Y es un gran don e imprescindible para cada ser humano. Y además
es irrepetible e insustituible. Uno no puede cambiar de madre, como cambia de
casa, ¡por ejemplo!
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2º.- Porque los padres son los pilares fundamentalisimos
sobre los que se construye una existencia: estable, equilibrada y feliz.
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3º.- Porque un hijo es, y debe ser: ¡un hijo! Perdone el
lector la frecuencia de lo reiterativo, pero con ello busco fortalecer, con fuerza,
el mensaje. Puesto que a los hijos hay que rodearlos: de todo el calor, de todo
el cariño, de toda la dulzura, de todo el afecto, de toda la atención..., de
todo el amor.
¿Y sin esto que pasa? ¡Pues, en muchos casos, lo
que le pasa a nuestro protagonista! Que al estar sus padres divorciados, él
vive con su padre y como él dice con su “nueva” madre, y vive falto: de afecto,
de atención, de cariño...., por lo que carece de equilibrio psíquico, y por lo
tanto se comporta como un inadaptado o más bien: es un inadaptado, y como
consecuencia ¡por ejemplo! : molesta a los demás, no puede atender en clase,
provoca a los compañeros..... Hoy es frecuente encontrar deterioros emocionales
y de adaptación en los jóvenes, esto es propio de la edad, pero se acentúa, y
además con graves consecuencias --en ocasiones-- cuando sus padres no se entienden, o están en
trance de separarse. Conozco casos de alumnos jóvenes, muy jóvenes, que tienen
que declarar en juicios de separación de sus propios padres ¡con el desgarro que
esto supone!
Y estos hijos sufren, y a veces mucho, y tienen que
soportar el penoso peso de unos padres que se odian, o convivir con una “nueva”
madre, o con un “nuevo” padre, para los cuales el hijo de su pareja, en muchos
casos, es un estorbo. O tantas cosas
más, que todos conocemos, y todas llenas
de dolor... de ingratitud.... de desolación.... y de tristeza.
¡Todo esto es muy dramático! ¿Pero cual es la
respuesta de la sociedad actual, tan llena de nefastas liberalidades?
Hoy se casan mis nuevos padres
O
Sesión de Teatro
Publicado en Diario JAÉN 12 -
6 - 1998
Publicado en ABC Madrid 11-
7 - 1998
Publicado en “Hacer Familia” 1 -
1999